Gran parte del trabajo depende de los contactos que uno va haciendo con el correr del tiempo, por más que uno no se lo plantee de un modo estratégico. Muchos creen que no hay que ser tan calculador en la vida laboral, pero lo cierto es que la red de contactos es fundamental en lo que uno va logrando con los años y puede ser muy útil para todas las partes involucradas. ¿Cómo cuidar esta agenda?
- Conversación formal: cuando uno conoce a un colega, la primera conversación suele ser breve, amable y no mucho más. Si bien eso ya es el primer paso para entablar un contacto, quien se quede ahí no tendrá nuevas cartas. Es importante intentar encontrar cierto interés común, ya sea hablando de las últimas vacaciones o de lo fascinante que puede ser un deporte.
- Armar una red lleva tiempo: generar un nuevo contacto no quiere decir que haya nacido una nueva amistad. Cuidar de esa nueva agenda requiere de tiempo. "Y vale la pena invertirlo, porque de ese modo uno también contará con el apoyo de los demás", explica el profesor Christian Stegbauer. Cuanto más atención y tiempo se dedique a los contactos, más fuerte será el vínculo. Lo importante es mostrar un interés genuino en la persona del otro. Además, una de las reglas básicas es no querer beneficiarse todo el tiempo de esa persona. Es más, la máxima es: primero hay que dar para luego recibir.
- Dar con las personas adecuadas: no siempre se puede sacar provecho de los contactos. Si uno se acerca sobre todo gente que se le parece a uno, los temas resultarán rápidamente conocidos. En cambio, si uno busca entablar conversación con gente que no encaja o que se sale del círculo de amigos habitual, seguramente obtendrá informaciones distintas: ya sea en una feria laboral o en redes como LinkedIN.
- Hacerse de una red es bueno para todos: ¿Cuántas veces la idea de cómo solucionar un problema de trabajo surgió a partir de una conversación en la cocina? Y los contactos no sólo son útiles para un ingeniero, un economista o un académico. Cualquiera de nosotros puede crecer gracias a un intercambio, una colaboración o una buena conversación, independientemente de si el otro tiene un puesto de alta jerarquía o no.
Armar redes es mucho más fácil de lo que uno creería. Si usted no tiene dificultad para entablar contactos en la vida privada, tampoco la tendrá en la vida laboral. Luego, que la red sea "exitosa" o útil dependerá de las partes involucradas. Si uno está dispuesto a apoyar, los otros seguramente estarán dispuestos a devolver ese respaldo.