Tanto en la oficina como en casa, el papel va desapareciendo y se abren paso los documentos digitales. Esto es bueno para el bosque y ahorra espacio en el archivador. Pero quien prefiere tener el resto del papeleo también en el disco duro en vez de en el archivador necesita un buen escáner. ¿Pero cuál?
Además del clásico escáner plano y la usual combinación entre impresora y escáner, también hay aparatos para usos especiales, tales como el escáner fotográfico, el escáner para diapositivas o películas y el escáner de libros.
La elección del escáner apropiado depende en gran medida del uso que se le quiere dar. “Cuando el objetivo es digitalizar fotos, la resolución es importante. Si se trata de diapositivas o negativas, esa resolución nunca puede ser lo suficientemente alta”, explica Rudolf Opitz, redactor de la revista “c’t”.
La resolución se indica en dpi (puntos por pulgada, en inglés) y es una unidad de medida para resoluciones de impresión. En los escáners, esta medida indica la densidad óptica que puede captar el aparato. Cuanto mayor es la densidad, mejor.
Sin embargo, al igual que el número de megapíxeles de una cámara digital, un dpi alto de un escáner no garantiza automáticamente resultados espléndidos.
“Depende de la óptica interpolada, que es cara, si el escaneado efectivamente capta detalles muy finos”, explica Opitz. Si usted da importancia a un escaneo muy nítido de fotos, no debe ahorrar dinero. La situación es diferente cuando se trata del escaneo de cartas, actas o libros. 600 dpi debería ser suficiente. “Aquí son importantes los altos contrastes”, dice Opitz, porque “el texto debe ser bien legible y debe haber un buen reconocimiento óptico de caracteres (OCR)”.
OCR es la segunda abreviatura en la que siempre hay que fijarse cuando se compra un escáner. El OCR (optical character recognition) significa el reconocimiento de textos, es decir, la capacidad de identificar letras en imágenes escaneadas. De esta manera, un texto reconocido se puede convertir directamente en un documento que puede ser procesado. El software OCR generalmente va incluido cuando se compra un escáner, aunque también se puede conseguir gratis online, por ejemplo el “OCRopus”, al que da soporte Google.
Aunque un escáner plano normal o una combinación entre escáner e impresora es suficiente para escanear documentos de texto, existen escáneres especiales para documentos. Cuentan con un alimentador automático de papel para el rápido escaneo de muchas páginas. Los escáners de libros tienen un diseño especial, con una esquina donde colocar los libros.
“Además, deben ofrecer una gran profundidad de campo para que también el texto que no quede plano sobre la placa de vidrio por estar cerca del lomo del libro sea reproducido con nitidez”, recomienda Opitz. Por esta razón, este experto aconseja el uso de un escáner con un dispositivo CCD. Estos escáners utilizan un sistema prismático que hace posible la profundidad de campo. Los escáners con tecnología CIS, más baratos, son más compactos pero a cambio tienen menor alcance. Si un documento no queda plano sobre la placa de vidrio, el escaneo resulta ser borroso.
Para su uso en el camino hay también escáners móviles. Las variantes más económicas obligan al propio usuario a desplazar el escáner sobre el documento. Los aparatos de buena calidad compensan irregularidades. Los modelos con alimentador automático de papel son más grandes y más pesados.
Generalmente tienen una tarjeta para el almacenamiento, a diferencia de los aparatos domésticos USB. Los escáners de documentos y los grandes aparatos multifunción suelen tener una conexión de red o WLAN y pueden usar servicios de almacenamiento en la nube (Cloud).
Actualmente, los smartphones le están haciendo la competencia al escáner clásico, especialmente la variante móvil. Mediante la cámara incorporada y con la app apropiada, estos dispositivos todoterreno se convierten en escáners OCR. El manejo de las diferentes apps no es complicado. Ellas registran el documento de manera automática y corrigen la perspectiva, de modo tal que sale un documento que se puede leer bien y que se puede guardar como PDF y reenviar.
Según Timo Schurwanz, redactor de la revista de computación “Computer Bild”, estas soluciones más bien están pensadas para hacer instantáneas en el camino. El motivo es que para escanear un documento completo, es necesario mantener a gran distancia la cámara del smartphone, lo que puede causar problemas de reconocimiento de texto. Sin embargo, las apps bastan para escanear tarjetas de presentación o facturas.
El experto recomienda la app CamScanner, que dispone de una buena corrección de perspectiva y reconocimiento de texto. Sin embargo, hay una desventaja: la app es muy cara en su versión profesional y por esos precios elevados también se puede comprar un escáner plano. Pero hay alternativas más económicas. Google ha integrado en su app Drive un escáner. Otra variante gratis es Genius Scan, aunque tiene desventajas: aparecen avisos publicitarios y no se pueden usar servicios de Cloud.