“Papi, ¿te puedo hacer una pregunta?”, consulta Pedrito, inocente, ante la mirada oscilante de su papá, recién llegado de trabajar, y con un pánico inevitable ante lo que sabe que se viene... “Sí, claro, dejame guardar el maletín”, contesta el padre, mientras busca con desesperación algún “agente distractor” para su hijo. Pero ya es tarde. Pedrito dispara sin pensarlo dos veces: “¿Cómo llegó mi hermanita a la panza de mamá”?
Una pregunta tan natural como lógica que en realidad no sabe cómo responder el asustado padre... “Ya te cuento voy al baño, y charlamos”, le apunta lo más natural que puede, mientras se encierra a “guglear” qué y cómo responderle a su pequeño hijo.
La escena se repite de mil maneras en la cotidianeidad de cada familia, y si bien para muchos padres puede resultar simple de responder (estas u otras tantas preguntas que comienzan a aparecer), para otros puede llegar a convertirse en un verdadero problema.
Devolver la pregunta
El sexólogo y psicólogo Germán Gregorio Morassutti explica: “Cuando un chico pregunta sobre sexualidad hay que devolverle la pregunta, a ver cuánto sabe. Es decir reformularla y consultarle sobre qué sabe él al respecto, ya que si consultan algún conocimiento ya ha adquirido”.
Luego de escuchar acerca de lo que sabe, modificar la información incorrecta, por la adecuada es parte de formar al chico y su curiosidad sobre el tema.
“Se le aclara lo que consulta, y se le vuelve a repreguntar qué más desea saber al respecto, para que especifique, y también para no ir más allá de sus dudas”, agrega Morassutti.
–¿Desde qué edad comienzan los interrogantes?
–Desde que empiezan a hablar. Cuando son muy pequeños consultan sobre los órganos sexuales, a ver qué tienen los varones o las nenas y sus diferencias. La curiosidad está. En esa instancia, los papás deben aprovechar para incluir temas puntuales a tratar como es el cuidado del propio cuerpo, e inculcarles a los chicos de no permitir que ningún adulto pase determinados límites con ellos, y que supongan intentar sobrepasarlos.
Por su lado y en coincidencia con el especialista, la psicopedagoga Mónica Coronado opina: “Cuando el niño hace una pregunta sobre sexualidad, se debe utilizar un lenguaje adecuado, sin ‘apodos’ extraños para los genitales, o metáforas que sólo terminan por confundir al chico. Además la idea de cada respuesta es darles a los hijos información adecuada y suficiente respecto de lo que preguntan”.
Llamar a las cosas por su nombre es tan necesario como adecuado, a la hora de que el chico internalice que dialogar y consultar sobre sexo y sexualidad a sus padres es lo más natural del mundo.
“Decirle que el órgano sexual femenino se llama ‘vulva’ en la mujer, y el masculino ‘pene’ es necesario y le saca la carga a las palabras, ya que habilitamos de esa manera a poder hablar de nuestro cuerpo, algo que el chico aprehende sin tapujos.
En las salas de tres añitos ya se incluye la información sobre el esquema corporal, y dentro de él, los órganos sexuales”, cuenta el sexólogo.
Los temas sobre diversidad sexual forman parte de los interrogantes que muchos chicos explicitan a sus padres ¿Cómo guiarlos en este sentido?
“Muchos niños consultan si dos varones o mujeres pueden enamorarse, y dependerá de cuán resuelto tengan los padres el tema, cómo respondan para que puedan transmitirles a sus hijos el respeto por todos, y la capacidad de observar y convivir con muchas realidades. La respuesta sería ‘sí, se pueden enamorar porque las personas se enamoran de hombres o mujeres’. Algunos padres cuestionan a quienes piensan de esta manera por considerar que se ‘habilita’ al niño a hacer con el tiempo lo que desee. Y en realidad está bien que cada ser humano a medida que madure, decida libremente y feliz lo que quiere para su vida. Hay que explicar con simpleza porque los niños entienden la vida de esa manera”.
Cómo se demuestran el amor el papá y la mamá
Unas de las dudas que los chicos tienen es sobre la relación entre sus padres. Y desde allí, como observadores natos que son las preguntas no se dejan esperar. Tres planteos recurrentes que suelen consultar padres e hijos, explicados por la psicopedagoga Mónica Coronado:
1. "¿Porqué dormís con mamá?"
“Para el niño es sano ver a los padres y preguntar sobre sus sentimientos y sobre por qué duermen juntos. De esa manera se enteran desde pequeños que la relación que los une es diferente de la que tienen con él. También es normal que intente “meterse” en la cama, obstaculizar la intimidad (por celos) o “competir” con el rival. La información acerca del tipo de relación, les aclara de manera sencilla la pregunta”
2. "¿Cómo debemos actuar los padres, ante una escena sexual que pasó por la tele, si el chico alcanzó a verla?"
“Es muy frecuente que suceda, lamentablemente. Lo importante es que si sucedió (salvo que implique violencia) se deje pasar, ya que apagar la tele, o hacer un escándalo, sólo va a centrar la atención del niño en lo que se pretende que no vea. Si la actitud del chico es de extrema curiosidad, o queda afectado, es preciso hablar con él para tratar de entender qué fue lo que interpretó. Siempre sin presiones, y hasta donde pregunte".
3. "Nuestro hijo nos vio teniendo relaciones ¿Qué hacemos? "
“Antes de que suceda, los padres deben pactar con los niños que el cuarto es un espacio de intimidad de la pareja: cuando la puerta está cerrada, no pueden entrar sin golpear. Para ello deben hacer lo mismo con la habitación de sus hijos. Si sucede es bueno que los padres reaccionen lo más naturalmente que permita el momento. Para cualquier niño resulta difícil asumir que sus padres tienen actividad sexual, sobre todo cuando son muy reservados en cuestiones de afecto. Para los papás es muy vergonzoso que sus hijos los ‘atrapen’ en ese acto, manejar esas emociones (vergüenza, culpa) es fundamental para poder hablar con los niños de forma natural, y ser precavidos en el futuro".