Es innegable que la gran capacidad que tienen los teléfonos móviles se debe a la inmensa cantidad de apps que podemos descargar de las tiendas oficiales de cada fabricante.
Tanto Google, Apple como Microsoft poseen su propia tienda para la plataforma de sus teléfonos, y si bien hay miles y miles de aplicaciones gratuitas muchas no lo son y cuestan algunos dólares (que en nuestra conversión al peso argentino puede ser mucha plata).
Adicionalmente algunos juegos que son gratuitos requieren pagar para desbloquear ciertas funcionalidades, y los más chicos no lo dudan al momento de apretar el botón de continuar. ¿Te pasó esto? Es muy fácil evitarlo (y en algunos casos hasta podés recuperar el dinero).