¿Los perros sienten el frío? Sí. Al igual que los seres humanos, los animales domésticos sufren los cambios bruscos de temperatura y con la llegada del invierno debemos proteger a las mascotas del las bajas temperatura, dado que con ellas aumentan las probabilidades de enfermedades respiratorias.
"El frío altera la capacidad del aparato respiratorio superior para filtrar y acondicionar el aire que ingresa, lo que puede permitir la entrada de patógenos y llevar a enfermedades de principal importancia y frecuencia como las virales", cuenta la veterinaria María Aichi Sciarrone (Mt 795), sobre el efecto del invierno en nuestras mascotas.
Resguardo y otras alternativas
Es natural que el animal busque una zona de refugio ante el frío cuando se encuentra a la intemperie. Pero no nos podemos fiar de su capacidad inherente, sino que se deben tomar algunos recaudos, sobre todo con grupos de riesgo como son los cachorros y gerontes.
“Si bien los animales tienen una buena capacidad de regular la temperatura corporal, existen grupos en riesgo que necesitan mayores cuidados, como los cachorros, gerontes y animales inmunosuprimidos. Las bajas temperaturas, además, potencian trastornos articulares como la artrosis, dificultando aún más el movimiento del animal geronte”, explica la veterinaria.
En este sentido se recomienda preparar su hábitat. “Uno de las tareas principales es brindarle abrigo a los animales que viven en el exterior con casitas. Ponerles ropa y armar una cama aislada del suelo, con cartones o maderas. Además de limpiar comederos y bebederos regularmente”, dice.
En cuanto a los perros de raza pequeña que viven dentro del hogar, también están expuestos a enfermedades respiratorias, si el ambiente que frecuentan está contaminado. "Los ambientes viciados, poco ventilados también son nocivos. El humo de cigarrillo o de estufas a leña, los desinfectantes y aerosoles, pueden ocasionar trastornos alérgicos y hasta cuadros de bronquitis en las mascotas. La 'humanización' de las razas pequeñas; perros que están todo el día adentro, abrigados y duermen en la cama o sillón, sumado a que sufren más el frío... todo esto los predispone más a enfermedades respiratorias. Porque se desacostumbran a activar sus mecanismos de defensas ante el frío, y si se exponen a las bajas temperaturas, sufren más que un animal que se acostumbró a vivir afuera", advierte la especialista sobre las mascotas de raza pequeña y su vida hogareña.
El baño, otro punto a cuidar
Por el contrario de lo que sucede en el verano, con las bajas temperaturas el baño en las mascotas se restringe y la higiene en esta época requiere de otros cuidados.
“El baño es algo que debemos cuidar. Mi recomendación es que se evite el baño en lo posible. Si el perro tiene olor, se puede tratar con espumas de baño en seco o talcos perfumados que se pueden aplicar semanalmente para controlar el olor. De ser necesario el baño es mejor hacerlo en una peluquería canina, porque tienen turbinas de secado y se secan como corresponde. Porque en el hogar usan el secador y es más difícil que el pelo quede totalmente seco, sobre todo en razas con el pelo largo. Sólo si el perro está muy sucio hay que llegar a bañarlo. Si no, lo mejor es esperar a que pase el invierno”.
El uso de un champú especial para mascotas es fundamental a la hora de la higiene, dado que los productos para uso humano no tienen el mismo PH requerido para los animales. Y en el caso de los cachorros, se recomienda no bañarlos hasta que completen el plan de vacunación.
Tratamientos obligatorios
Una consulta periódica al veterinario es primordial para controlar el estado saludable de las mascotas y con ello mantener al día el régimen de vacunación.
“Existe un plan de vacunación anual para las mascotas contra enfermedades respiratorias. En el caso de los perros los protege de enfermedades como la traqueobronquitis infecciosa, moquillo y parainfluenza, y la rinotraqueitis felina en los gatos. El propietario siempre debe consultar con un profesional que evalúe el estado sanitario y le recomiende un plan de vacunación y los cuidados a tener en cuenta en cada caso particular”, apunta la veterinaria para no descuidar la salud general del animal.
Para apuntar
* Mantener limpio el hábitat del perro, en especial comederos y bebederos.
* Evitar los baños si no son muy necesarios. Usar productos de limpieza en seco o talcos perfumados para controlar el olor de algunos.
* Controlar el consumo de agua y alimentos. Es necesaria una buena alimentación (con alimentos balanceados, preferentemente), que es la que utilizan los animales para generar energía en forma de calor.
* Ventilar los ambientes regularmente. Evitar humo, uso de desinfectantes o aerosoles en presencia de las mascotas.
* Tener al día el plan de vacunación general requerido para cada animal.