Vale Boca, nomás. Vale la sonrisa, vale tres puntos, vale una semana de paz. Vale la segunda victoria seguida en el torneo con el Vasco Arruabarrena como técnico, más allá de que el equipo no tuvo uno de esos partidos para ilusionar en lo futbolístico. Pero sirve este empujón para no quedar lejos del puntero River y seguir levantando en lo anímico.
Se le había puesto peludo pese a la ayuda del colombiano Borja, que se hizo echar por un minicabezazo, pero hasta los 33 del segundo tiempo, hasta ese gol de Emmanuel Gigliotti, había tenido una sola clarita con Jonathan Calleri y no más.
Hasta ahí había tenido dominio de pelota y jugaba en campo rival, pero sin la chispa necesaria y mucho menos con el cambio ritmo como para lastimar. Todo demasiado monótono y sin sorpresa. Hasta que llegó ese centro de Fernando Gago y ese cabezazo ganador.
Lo que no ligó el jueves cuando le empataron en el descuento en Rosario, se lo devolvieron ahora en este partido importante en Bahía Blanca. Porque pese a que merecía algo más que Olimpo, le costaba muchísimo generar ocasiones concretas.
La virtud es que fue y fue, es que no se desesperó, es que no se entregó regalando espacios y exponiéndose a alguna contra, es que conservó el orden.
Y con paciencia, con la ayuda de un rival que se fue tirando unos metros atrás y jugando cerca de su propia área, llegó a esta victoria tan esperada con un centro de Gago.
Justo de uno que se tiene que hacer líder, que en el segundo tiempo jugó de 5 por el cambio ofensivo y lógico de Rodolfo Arruabarrena, que sacó a Federico Bravo para sumar más peso ofensivo con el ingreso del Burrito Martínez.
Después del tanto del Puma y controlando el juego, el Xeneize iba a terminar de ganar en tranquilidad cuando Juan Sills recibió, por protestas, la segunda amarilla y Diego Ceballos no dudó en mandarlo a las duchas.
Está claro que se respira otro aire, aunque habrá que ver cuánto dura. Ya sin Carlos Bianchi en el banco, con un Vasco que quiere aprovechar esta gran oportunidad que se le presentó en su vida como técnico del equipo en el que fue campeón de todo, Boca no se baja y da pelea.
Y así, confiado, con otra actitud, con otro humor, espera a un Racing club que llega igual de necesitado.
Le cambió la cabeza. En lo que fue su tercer partido al frente de Boca, Arruabarrena cosechó su séptimo punto de nueve posibles. Debutó ante Vélez y fue triunfo Xeneize por 3-1.
Luego, en la ida de la Sudamericana, lo ganaba y Central lo empató 1-1 en el final. Y anoche, otra vez por el ámbito local, sumó nuevamente de a tres.
Arruabarrena, autocrítico con su equipo
“Nos costó en una cancha difícil, aunque no tuvimos la tranquilidad suficiente”. Esas fueron las primeras palabras de Rodolfo Arruabarrena, entrenador de Boca Juniors, una vez consumada la importante victoria de su equipo frente a Olimpo de Bahía Blanca. Y en su autocrítica, el Vasco fue más allá: “No me gustó el equipo y considero que debemos generar mucho más juego”.
“Ellos al quedarse con un hombre menos se metieron atrás y eso nos complicó. Falta mucho para que termine el campeonato y matemáticamente tenemos chances. Estamos creciendo y ojalá podamos seguir en este camino”, contó Fernando Gago.