Si alguien se va de vacaciones este invierno y quiere llevar su bicicleta tiene dos opciones: pedalear bastante o transportarla cómodamente en su auto. Para esto cuenta con varias posibilidades, ¿qué hay que tener en cuenta en cada caso?
Hay tres sistemas de portabicicletas que suelen utilizarse habitualmente: en el techo, en un soporte en la puerta del maletero o uno adosado en la parte trasera. “Cada sistema tiene sus fortalezas y debilidades”, asegura el experto alemán Günther Kahlert.
Él prefiere los soportes que se fijan a las bolas de remolque. “Son caros, pero permiten cargar y descargar fácilmente las bicicletas”.
Además, explica, este sistema es especialmente práctico para las pesadas bicicletas eléctricas. Si el soporte tiene un sistema de básculas para plegarse hacia abajo, permite tener acceso al portaequipajes.
La desventaja: la asistencia de aparcamiento no funciona, además de que el coche debe contar con una bola de remolque. También, al dar marcha atrás, los conductores deben tener en cuenta que el auto es más largo. Y si se lleva una de las pesadas bicicletas eléctricas puede cambiar la forma de manejar.
“El auto tiene mayor carga en la parte trasera, lo que puede afectar la capacidad de maniobrarlo”, apunta Kahlert.
Si el vehículo no cuenta con una bola de remolque se puede comprar un adaptador, pero eso sí: es caro. “Para los conductores que transportan sus bicicletas en contadas ocasiones no se justifica”, indica el experto, que considera que en estos casos conviene hacerse con un portabicicletas para el techo que es mucho más accesible.
“Los portabicicletas para el techo son los más baratos a la hora de pagar, pero normalmente requieren de mayor esfuerzo para cargarlos”, apunta Johannes Boos, del Automóvil Club Alemán. Y el auto también hace mayor esfuerzo. “Un portabicicletas con dos bicis provoca un aumento del consumo de más del 40 por ciento”, dice Boos.
Si en cambio el soporte está adosado a la bola de remolque, el consumo adicional es mucho menor: un 18 por ciento más que sin carga.
Pero no sólo es importante el tipo de portabicicletas. “La bici debe ser compatible con el soporte”, dice Kahlert. Por eso, los expertos aconsejan asesorarse por un especialista antes de hacer una compra.
“Lo ideal es probar el montaje del sistema en el negocio”, indica Boos. El comprador debe tener en claro cuántas bicicletas quiere transportar y conocer el peso de cada una y el total.
En general con las bicicletas eléctricas no conviene utilizar soporte de techo, en el que sería difícil ubicarlas, ya que pesan entre 25 y 35 kilogramos.
Los expertos recomiendan no utilizar los soportes para la puerta del maletero que se ajustan con correas. Pese a que son fáciles de cargar y baratos, se necesita de dos personas para montarlos. Además pueden afectar el funcionamiento del limpiaparabrisas trasero y el acceso al portaequipajes.
Y si hay un accidente con un impacto en la parte posterior del coche, pueden ocasionar lesiones a los que van en los asientos traseros.
En los modelos más nuevos muchas veces no existe la posibilidad de montar un soporte en el maletero. En algunos modelos se ofrece el portabicicletas Flexfix, un soporte integrado en la carrocería del coche que puede ser retirado a gusto del consumidor. La ventaja: es de fácil manejo, la carga y descarga no es pesada y tiene un bajo consumo. Lo negativo: su costo.
Más allá del soporte que se utiliza, a la hora de transportar una bici se le deben retirar todos los accesorios, como cestas, bocinas o asientos para niños. Una cadena de seguridad protege de posibles robos y sirve como método adicional para asegurar la bicicleta al soporte.
Hay que tener en cuenta que las bicicletas no deben ser cubiertas con lonas, porque esto puede aumentar fuertemente la resistencia aerodinámica.
Lo importante, según Boos: “Antes de salir de viaje el conductor debe revisar que el soporte y las bicicletas estén bien aseguradas”. Además, sugiere revisarlos cada tanto durante el viaje cuando se trata de distancias largas.