Se vuelve con el deber cumplido. Guillermo Ruggeri fue descalificado en la serie de semifinales en la que participó y así no pudo hacer realidad el “sueño” de llegar a la definición de los 400 metros con vallas en el Mundial Londres 2017. El maipucino, de 25 años, fue penalizado al cruzarse el andarivel número 8 (corría por el 9) en los últimos 100 metros del recorrido. Nuestro representante había llegado a la meta emparejado con el jamaiquino Ricardo Cunningham, que terminó sexto entre ocho participantes de la eliminatoria N°3 con un tiempo de 50’’54. El otro descalificado de la prueba fue el brasileño Marcio Teles, por una caída.
“Me corrí de andarivel sobre el final, pero por lo menos llegué. Me voy satisfecho por haber mejorado mi marca en las eliminatorias”, dijo el estudiante de Educación Física, quien cursa esa futura profesión en el Instituto de Obras Sanitarias, en Buenos Aires. Y es precisamente en Capital Federal donde Guillermo empezó con esta ‘aventura’ de los 400 metros con vallas, ya que antes estaba calificado como uno de los mejores decatlonistas de nuestro país.
Pero en el Cenard le vieron condiciones para probar suerte en otra rama del atletismo y, a juzgar por los resultados, no le fue nada mal. Estar entre los 16 mejores del Mundo y ser monarca Sudamericano hablan a las claras de que haber traspasado fronteras fue la mejor decisión que pudo haber tomado junto a sus colaboradores (Carlos López -entrenador- y Gabriel Lemme -preparador físico-).
“Participaba en el decatlón y como en las disciplinas de fuerzas observé que mis compañeros tenían armado un equipo de profesionales, salí a buscar el mío”, comentó en su momento. “Me enseñaron que podía ser ambicioso, pero sin apuro, porque si uno va por el camino correcto antes de cada competencia, lo demás se da solo”, recordaba. Y vaya si hizo caso de esos consejos. Fue de menor a mayor. Batió tres veces un registro que parecía inquebrantable en la historia del atletismo argentino y ahora es el dueño absoluto de esa estadística.
Quien fuera representante de Gimnasia y Esgrima (GEBA), empezó su carrera deportiva ligado al fútbol. Aunque no era mal jugador, decidió inclinarse por otra actividad dentro del deporte. Eligió ser atleta de alto rendimiento y su primer desafío importante lo tuvo en los Juegos Evita de 2008 y años después en los Odesur de 2014 obtuvo su mejor producción (7.298 puntos) dentro del decatlón.
Radicado en Buenos Aires desde hace varios años, Guillermo Ruggeri no se cansa de soñar. Pretende finalizar sus estudios terciarios, seguir con su carrera deportiva en el exterior para “competir con atletas de un mayor nivel. Prefiero ser el último del ranking mundial que el primero del argentino”, dijo quien fuera plusmarquista en el Panamericano (2011) que se realizó en los Estados Unidos, donde el mendocino se quedó con la presea de bronce entre los juniors.
Su ascendente carrera, pero ya metido de lleno en los 400 metros con vallas, donde obtuvo podios en nuestra provincia y Buenos Aires (ganó cuatro competencias), lo llevaron al equipo nacional que nos representaría en el Sudamericano de Chile. Gracias a su oro, Argentina pudo quedarse con el último lugar del podio en esa cita de Santiago: 6 medallas de oro, 3 de plata y 5 de bronce.
Los oros fueron de Belén Casetta en los 3.000 mts. con obstáculos; Braian Toledo en lanzamiento de jabalina, Germán Chiaraviglio en salto con garrocha; Federico Bruno en 1.500 mts; Leandro Paris, ganador en los 800 mts. y Ruggeri, campeón en 400 mts. con vallas. En esa ocasión, el nuevo recordista argentino volvió a batir la marca nacional y Sub 23 con 49’’72; por lo cual terminaba con 46 años de que un argentino no ganaba en esta prueba: Juan Carlos Dyrzka había sido el último en Lima en 1971.
Con una marca magistral, Ruggeri comenzó a preparar el Mundial de Londres. Superó las rondas clasificatorias hasta meterse en semis, cuando perfeccionó su propio registro argentino con 49’’69. Así el monarca Sudamericano de la especialidad (título que consiguió en Asunción, Paraguay) había batido por tercera vez su propio récord.
“En los 150 metros finales ocupé el andarivel 8, que seguramente fue por el mal pasaje que tuve en esa valla y que me tiró para el andarivel interno”, comentó ayer desde Londres. Y agregaba: “Si reclamo me la van a dar válida por que el competidor venía adelante y no había intención de molestarlo. Definiremos con el equipo si apelamos. Es una marca que me sirve y la voy a pelear”, continuó antes de dirigirse hacia la prueba de antidoping. Sin embargo, no hubo presentación, pero Guille ya hizo historia.
“Llegué y ese era el objetivo. Estoy satisfecho con mi trabajo ya que desde hace mucho tiempo, al menos en velocidad, nadie había llegado a semifinales”, agregó Ruggeri, quien se llevó de Londres otro récord argentino para la distancia. Tras su eliminación, los únicos argentinos que quedan por competir son Belén Casetta (3.000 metros con obstáculos, mañana a las 15.05), Braian Toledo (lanzamiento de jabalina, el jueves 15.05 o 16.35), Federico Bruno (1.500 metros, el jueves a las 16.25), y Juan Manuel Cano (20 kilómetros marcha, el domingo a las 10.20).
Por ahora, el de mejor performance. Tras las actuaciones de Jennifer Dahlgren (tres lanzamientos nulos en lanzamiento de martillo), Germán Chiaraviglio (no superó los 5,60 metros en salto con garrocha), Mariano Mastromarino (abandonó en el km 30 de maratón por molestias físicas), Rosa Godoy (quedó 62° en maratón), y Leandro Paris (no pasó el corte clasificatorio en 800 metros), Ruggeri aparece como la mejor actuación argentina en Londres y a su historia le quedan muchos capítulo por delante, como se dice, aún tiene mucho hilo en el carretel.
Probó suerte en el fútbol y compitió en decatlón
El final de la temporada 2016 en las pistas argentinas tuvo, como dato saliente, la progresión de Ruggeri en los 400 metros con vallas, una prueba en la que tenía pocos antecedentes y donde sorprendió. Primero, en la Copa Nacional de Clubes al marcar 51’’26 y luego, el 24 de noviembre pasado en la misma pista del Cenard, con 50’’85.
Justamente en los 400 m/v radicaba el más antiguo récord nacional, que era propiedad de Dyrzka, quien lo registró en las Olimpíadas de México (1968). Se había convertido en uno de los mejores especialistas del mundo, acumulando títulos nacionales, sudamericanos, iberoamericanos y un oro panamericano. Esa marca permanecía inalterable.
Pero un chico mendocino aspiraba a quebrarlo. Lo hizo tres veces. Se quedó con el mejor tiempo histórico dentro de los registros atléticos de nuestro país e inscribió su nombre en el plano internacional.
“Jugaba al fútbol pero en mis primeras pruebas, en velocidad, me vieron condiciones para el atletismo y desde entonces me atrapó”, dijo Guille, que compitió en los Evita 2008 y quien durante la campaña posterior lograría su primer título nacional de menores en Córdoba con 14’’56 para los 110 m/v, además de ganar la Copa Nacional de Combinadas en el octatlón con 5.312 puntos.
Al año siguiente siguió su especialización en vallas y fue subcampeón de los 110 mts. juveniles en el Nacional de Córdoba, con 14’’96 y en los Binacionales de Chile, con 14’’71. Se despidió del Sub 20 con buenas labores en 2011, selladas con los récords nacionales de 110 metros (14’’25) y decatlón (7.090 puntos). En esa temporada logró el bronce del decatlón en el Panamericano Junior de EE.UU., y en el Sudamericano de Medellín.
Desde allí se orientó por el decatlón, donde había competido en 6 oportunidades por arriba de los 7.000 puntos, siendo 7.298 su mejor producción en los Odesur 2014. Entre sus principales actuaciones está el título del Sudamericano Sub 23 de San Pablo (2012) con 7.203 puntos.
En ese lugar, dos años más tarde, fue bronce del Iberoamericano con 7.274, y campeón nacional individual en los 110 m/c (14’’55) y 200 llanos (21’’75). Sus recientes producciones en los 400 llanos y 400 m/v le abrieron nuevas puertas. Pasó la primero en Londres, donde marcó 49’’69/100 y esto parece que recién empieza...
