La piel se ha identificado comúnmente como la carta de presentación del ser humano. Algo que corroboran la mayoría de los dermatólogos cuando afirman que la piel es el fiel reflejo de la salud de cada persona.
La contaminación atmosférica, una mala alimentación, el tabaquismo o las temperaturas ambientales extremas suelen ser enemigos íntimos de una piel radiante y fresca. En nuestra mano está evitar que esos factores externos “destruyan” nuestra carta de presentación. Según los dermatólogos, la mejor manera de cuidar nuestra piel es conociéndola a fondo, ya que los productos y tratamientos varían dependiendo de si nuestra piel es normal, mixta, oleosa o seca.
Aunque la asesoría de un buen especialista puede darle información más clara y concreta sobre los cuidados específicos que su piel necesita, la siguiente información puede ayudarle a descubrir cómo es tu piel y cómo tratarla.
PIEL NORMAL
Es fácilmente reconocible por estar siempre bien hidratada y tener una textura compacta. Sin embargo, los cambios naturales que experimenta el organismo con el transcurso de los años pueden provocar transformaciones.
- Cuando la piel es aún joven, se recomiendan ciertos cuidados basados en la aplicación de cremas hidratantes de día, mientras que en la noche se aconseja el uso de cremas suaves para nutrir la piel.
- Para hidratar es conveniente usar una emulsión o gel a base de vitaminas A, C y E y extracto de Aloe.
- El uso de cremas antiarrugas es conveniente cuando se tiene una piel madura.
- Para limpiar este tipo de piel prefiera productos como jabones líquidos (glicerinados más suaves) y lociones suaves. Después aplique un tónico para calmar la piel y ayudar a contraer los poros.
PIEL SECA
Generalmente tiene poros finos, luce un tanto opaca y es más propensa a agrietarse.
- Debe evitarse el uso de jabones que incrementen la sequedad.
- Los desmaquilladores deben ser hidratantes y calmantes.
- La epidermis seca envejece con mayor rapidez por lo que se debe incluir en la rutina diaria el uso de productos nutritivos y tensores.
- Para este tipo de piel se requiere hidratantes poderosos pero de textura leve, como gel-crema o crema. Es importante que el producto de día tenga un filtro solar incorporado.
- Por último, las pieles secas son más propensas a las arrugas. Por eso, no hay que descuidar la hidratación y usar cremas con retinol, ácido glicólico y vitaminas.
PIEL GRASA
Se tiene este tipo de piel cuando las glándulas sebáceas producen grasa en exceso, lo que ocasiona la obstrucción de los poros. La ventaja de este tipo de piel es que envejece con mayor lentitud. Sin embargo, requiere de una higiene escrupulosa además de un tratamiento permanente de hidratación.
- La exfoliación y el uso de mascarillas purificantes son excelentes agentes de control. No es conveniente utilizar productos con fórmulas aceitosas.
- La limpieza de esta piel debe realizarse como máximo entre 2 y 3 veces al día, usando para ello jabones líquidos o en barra (glicerinados). No lave su rostro en exceso porque eso termina por aumentar la oleosidad de la piel.
- Para hidratar, evitar los productos cremosos o grasos. Optar en cambio por hidratantes en forma de gel o crema con filtro solar y también por productos a base de vitamina A, C y E en extractos vegetales (Aloe Vera).
- Se recomienda que, para el tratamiento antiarrugas, se utilicen productos en forma de gel y jamás cremas.
PIEL MIXTA
Por su parte, en el caso de las pieles mixtas, se aconseja usar productos específicos para piel oleosa a la hora de la limpieza, por ejemplo, jabones de limpieza profunda y astringentes. Para hidratar y protegerse del sol son convenientes los productos específicos para pieles normales.