Medirse el pulso con el smartphone o llevar un registro de la alimentación en el móvil no está mal. Las aplicaciones que se ofrecen en el sector de la salud pueden ser hasta cierto punto una buena herramienta, y lo cierto es que se han vuelto muy populares. Pero es bueno no perder de vista cuáles sirven y cuáles no y, sobre todo, recordar que las aplicaciones no son un buen sustituto del consejo de un médico. A la hora de elegir aplicaciones para la vida cotidiana, algunos datos pueden ayudar:
¿Cómo reconozco una app en la que pueda confiar?
Los productores deben informar de un modo transparente sobre la herramienta que están ofreciendo. Deben apuntar claramente cómo está pensada, indicar si existe algún factor de riesgo o restricciones, cuál es el grado de fiabilidad de los contenidos, cómo manejan la protección de datos y hasta con qué fondos se ha desarrollado el producto. Algunos de los datos centrales que debería incluir la descripción son:
- ¿Para qué sirve la aplicación? - ¿Qué limitaciones, riesgos y restricciones presenta? - Sus autores, ¿están calificados para su desarrollo? ¿Las fuentes de información son fiables? - ¿Los datos son registrados, utilizados y almacenados únicamente con consentimiento del usuario? - ¿La empresa brinda una descripción detallada con datos sobre el fabricante responsable e informaciones de contacto?
¿Qué ofertas es preferible no utilizar?
Más vale ser cauto si alguna aplicación ofrece establecer algún diagnóstico. También es preferible no utilizar apps que sugieran determinados tratamientos y aquellas que no aclaren en detalle cómo se manejarán con los datos obtenidos. La información podría ser utilizada por ejemplo con fines comerciales que no van en interés del usuario.
¿Qué aplicaciones pueden ser útiles?
Algunas apps pueden servir para generar conciencia sobre determinados aspectos de la salud y fomentar un comportamiento más sano. Quienes sufren alguna enfermedad crónica pueden recurrir a las aplicaciones como un modo de hacer ciertos seguimientos. Hay algunas apps, por ejemplo, que facilitan el registro de algunos valores sanguíneos, la contabilización de los medicamentos ingeridos o de las actividades realizadas. Hay otras que facilitan el manejo de la agenda médica, las visitas, los turnos y las consultas que uno tiene que hacer. También existen apps que registran la presión y la glucemia, y que también pueden ser útiles.
Cuando de salud se trata, no cambies tu médico por una app
El médico no se puede reemplazar. Por eso los expertos piden a la población que tengan cuidado a la hora de controlar su salud con la tecno.
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