A Urusula siempre le gustó cantar. De niña iba al coro de la escuela, de adolescente eligió Música como materia optativa y hoy, a sus 78 años, canta en el coro del hogar en el que vive. "Cantar me da mucho, tanto a nivel emocional como físico", dice al describir cómo se siente después de los ensayos. Ursula dice que formar parte del coro la llena de vida y de alegría. Y no es la única que lo sostiene. Muchos especialistas aseguran que cantar hace bien desde muchos puntos de vista.
Para empezar, es una manera distinta de compartir. A medida que pasan los años, las estructuras familiares suelen replantearse, y el coro es un modo ideal de establecer nuevos contactos y reunirse con regularidad con otras personas para hacer una actividad en común. Además, en el grupo todos aprenden de los demás.
Cantar puede ser un esfuerzo, pero en un sentido positivo, porque lleva a entrenar la respiración. Parece algo muy simple, pero lo cierto es que si uno le exige ciertos ejercicios a los pulmones en una práctica semanal, irá adquiriendo mayores capacidades y no se quedará sin aire en otros momentos de la vida cotidiana.
También es un hobby ideal para mantener el timbre de la voz a medida que avanzan los años.
El efecto que tiene el canto en la gente de la tercera edad es especial, porque antes cantar formaba parte de la vida de todos los días. Las generaciones pasadas cantaban en la escuela y en el tiempo libre, y eso hace que, para la gente mayor, recuperar las canciones que solía cantar de joven traiga muchos recuerdos. Hay especialistas que aseguran que hasta las personas que sufren demencia pueden recordar cosas a través de las canciones que aprendieron en sus años de juventud.
Además, es útil a nivel cognitivo, porque exige que uno se concentre en su voz, en el ritmo y que se adapte a las voces de los demás, lo que fomenta que las personas mayores no pierdan esa agilidad tan particular, sobre todo cuando viven solas.
Otro punto positivo del coro es el reconocimiento. Presentar algo que uno trabajó en grupo ante un público que se sienta a escuchar puede ser una gran satisfacción, y eso, a su vez, apuntala la autoestima. Refuerza la sensación de lo que uno puede hacer.
La clave es buscar las oportunidades. Si uno tiene un amigo que canta en algún coro, puede darse una vuelta y ver si puede integrarse en ese grupo. También hay coros en las iglesias que siempre buscan apoyo. Otra alternativa es buscar en Internet, con la ayuda quizás de los hijos o de los nietos.
No hay que dejarse estar. Si le da curiosidad, ¡atrévase! Cantar hace bien a cualquier edad.
Cuerpo, alma y comunidad: los beneficios de cantar en la tercera edad
Los coros ayudan a los mayores a encontrar nuevos amigos, a mejorar el timbre de la voz y a vivir con mucha más plenitud.
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