María Fernanda Callejón es dueña de una carrera colmada de éxitos, reconocimiento y cariño de la gente. Siempre deslumbró con su impronta, su silueta y sus estilos elegantes y refinados a la hora de vestirse. Las tablas y las plumas la caracterizan como así también su fetiche con los zapatos.
La mediática es una amante de los zapatos, con tacos o bien bajitos, de colores, blancos o negros, con brillos o estampados, y así podríamos seguir en una larga lista de detalles de la colección preferida de la artista. Fernanda tiene su propia colección de 250 pares y los mostró en una producción exclusiva.
Para sorpresa de todos, las altas plataformas y los diseños exclusivos de calzados entraron a la vida de la Callejón cuando era adolescente. A los 14 años, se instaló con su familia en Carlos Paz y allí consiguió su primer trabajo como vendedora en la zapatería de su hermana Sandra.
“Era Disney para mí. ¡No sabés los modelos divinos que hacía Javier, mi cuñado! Los amaba. Me acuerdo cómo trataba de convencer a mi hermana para que me dejara usarlos”, revela Fernanda en una entrevista sobre su amor por la moda y los zapatos, el mismo que le traspasó a su hija Giovanna.
En su casa, la finalista de “Corte y Confección, edición famosos” abrió las puertas de su vestidor recién remodelado, en el cual agregó espacio para poder tener a la vista cada uno de sus pares de zapatos. Dicho espacio tenía el destino de ser la sala de juegos de la niña de cinco años pero quedó a entera disposición de Fernanda. “Yo soñaba con un vestidor tipo ‘Sex & The City’”, confió y lo logró.
Durante la charla, Callejón confió que nunca dejará de usar tacos altos ni zapatos con estilo: “Los tengo incorporados. Me los pongo y me olvido, son parte de mí. Tengo pies lindos, de bailarina, y me gusta mostrarlos. Los tacos tienen que ver con la pisada escénica, con la pisada en la vida y a mí siempre me gustó pisar fuerte”.
Al mostrar su colección privada de calzado, destacan diseños exclusivos de marcas internacionales como Gucci o Yves Saint-Laurent. Sobre su primer par de zapatos de lujo reveló: “Creo que fueron unas sandalias de Gianni Versace que compré en Italia. Muchos de los modelos que tengo acá los heredé de mi amiga Claudia Villafañe. Salíamos de compras juntas por Via Condotti, en Roma. Son zapatos que aún tengo y que cuido como si fueran oro. Esas sandalias las uso al día de hoy, con jeans y camisa blanca”.
En un momento de su vida, la artista donó cientos de zapatos a la Casa del Teatro y también decidió guardar otros en su casa de Córdoba. “En los ’90 empecé a coleccionarlos, cuando empecé a viajar. Tuve que trabajar muchos años para poder comprarme zapatos buenos. Cuando trabajaba con mi hermana, ella me los prestaba, y en la revista los tacos me los daba la producción”.