La actriz francesa reconocida mundialmente por su sexualidad, Brigitte Bardot, no tuvo pelos en la lengua para hablar sobre la pandemia de coronavirus e hizo polémicas declaraciones. Además, tuvo frases racistas contra los inmigrantes.
En una entrevista con la revista italiana Oggi, la actriz de cine sostuvo que tanto el COVID-19 como futuras epidemias “restaurarán dolorosamente un nuevo orden. Cuando esos 5 mil millones de personas en esta tierra se hayan ido, la naturaleza recuperará sus derechos”, dijo.
Cuando el medio le consultó si entendía que el coronavirus era “algo bueno”, Bardot sostuvo: “Sí, es una especie de regulación de una superpoblación que no podemos controlar”.
Actualmente la actriz de 86 años es considerada como una paciente de riesgo, es por ello que esta aislada en su mansión de La Madrague, en Saint Tropez, en el sur de Francia.
Desde allí, comentó que está acompañada solo por sus mascotas, ya que la estrella es una ferviente activista por los derechos de los animales. “No veo a nadie. No serán las cabras las que me contagien”, ironizando al respecto.
En la entrevista Bardot, no solamente habló sobre el Covid-19, también critico duramente al gobierno de Emmanuel Macron, presidente francés, pidiendo que haga una gestión que “ponga orden”.
“Estoy a favor de un gobierno autoritario, capaz de poner orden en el lío en que vivimos. Cuando pienso que el gobierno francés deja al margen a ciudadanos pobres que trabajan duro y reciben menos ayuda que todos estos inmigrantes que nos atacan, me horroriza”, declaró de manera completamente racista.
Brigitte Bardot tiene un historial de declaraciones racistas
No es la primera vez que se refiere en este tono a un tema como la inmigración. En 2019 fue demandada por haber dicho que los habitantes de la isla Reunión eran una “población degenerada”. “No me importa, que me vuelvan a condenar. Me costará dinero y no me importa. Y si no tengo el dinero para pagar la condena, iré a la cárcel. Sería divertido”, desafiando a las autoridades.
La intérprete está retirada desde hace décadas, pero cada vez que da una entrevista se autogenera un problema legal. Ya fue condenada cinco veces por incitación al odio racial, especialmente por declaraciones contra los musulmanes. En el pasado acusó a esa comunidad, muy presente en Francia, de “destruir el país imponiendo sus actos”. También cargó contra “los mendigos que profanan y asaltan las iglesias para transformarlas en pocilgas humanas”.