Sin lugar a dudas, Cande Tinelli es la hija más rebelde de Marcelo Tinelli y sabe demostrarlo con su fuerte personalidad. A pesar de recibir muchas críticas por su cuerpo tatuado, quienes la siguen esperan por cada publicación para halagarla y dejarle los mejores piropos en la web.
La joven se dedica a la música junto a su pareja, Coti Sorokin, y también apuesta por trabajar desde las redes sociales publicitando todo tipo de productos: indumentaria, skincare, maquillaje, entre otras cosas.
De esta manera, la morocha se dio a conocer por su propio camino y un poco lejos del ambiente que su padre frecuenta. En pocas ocasiones se presentó frente a la cámara de televisión, pero en su cuenta de Instagram demuestra que no es nada tímida.
En la aplicación de fotografía cuenta con más de cuatro millones de seguidores y en cada posteo los sorprende con algún detalle. En esta ocasión, Lele (como le gusta que la llamen) uso las stories para publicar una infartante foto frente al espejo.
Cande Tinelli eligió retratar un pequeño momento de su dia y posó frente al espejo con un conjunto de ropa interior con detalles negros y amarillos. Por la postura elegida, exhibió que cada centímetro de su cuerpo tiene tatuajes, hasta su trasero.
Cande Tinelli rozó la censura de la web con delicada lencería
Cande Tinelli, la hija del conductor y Soledad Aquino cosecha más de 4 millones y medio de seguidores en Instagram, donde marca tendencia con looks. La joven fue de las pioneras en tatuarse todo el cuerpo y siempre innova en todo lo que hace.
A tal punto que se animó a posar frente al espejo con un jugado conjunto de lencería erótica que le voló la cabeza a más de uno.
Candelaria reposteó la imagen de una marca con la que hizo canje. En la foto que se tomó en la intimidad de su habitación, la influencer lució un conjunto blanco que en la parte del corpiño solo llevaba los breteles y el arco, ya que unos moñitos cubrían los pezones de la artista, para cuidar que nada se vea.
La parte de abajo del conjunto era toda de encaje y, para aumentar la sensualidad y jugar con la imaginación, sumó unos portaligas que también tenían moñitos haciendo juego.