Luego de que Regis le propusiera casamiento, María de la Paz ha atravesado por un mar de emociones. Por una parte, nuestra protagonista de Dulce Ambición está súper enamorada de Regis y a toda costa quiere casarse con su amor.
Por el otro, Vivi y Amadeo han despertado ciertas dudas con respecto a la situación económica de Regis y sus dudosas finanzas. Incluso la madre de Regis juega cartas en contra de su hijo y se empeña en ayudar a Amadeo en terminar con ese compromiso.
En el último capítulo, descubrimos que Regis es padre de un niño con una discapacidad, algo que ocultó a todos incluida Josiane. Amadeo está en la búsqueda de todo arcenal que pueda alejar a María de la Paz de su estafador, aunque sus esfuerzos no están dando frutos por el momento.
El padre de la parroquia, el vestido, el pastel, las invitaciones y el buffet, todo va en camino a darse por concretado, aunque hay algo dentro de ella que despierta ciertas dudas sobre su prometido.
Y no es para menos, el plan de Regis y Josiane de quedarse con la fortuna de su madre está cada vez más cercano a concretarse. Ambos están en campaña de llegar a término con sus objetivos, aunque ya no todo será como planeaban.
Los enredos comienzan a aparecer: Regis se confunde con María de la Paz y siente cosas por ella, los contactos de Regis empiezan a resultar dudosos para la protagonista e incluso para sus allegados, y ahora la aparición de un hijo no reconocido por él.
Y es que María no es para nada una ingenua, ella comienza a tener más y más dudas sobre su prometido al punto de seguirlo a todas partes.
¿Será que finalmente, Regis logrará desposar a María de la Paz y quedarse con toda su fortuna, o ella descubrirá su engaño justo a tiempo para zafarse del plan de su hija y su amante?
