Este miércoles, durante una dramática audiencia, Britney Spears rompió el silencio y reclamó ante un tribunal el fin de la tutela legal de su padre, Jamie Spears, alegando que era “abusiva”. La cantante habló sobre la manera en la que su progenitor controló su fortuna estimada en 60 millones de dólares, detallando como la habían drogado, obligado a tomar anticonceptivos y a trabajar contra su voluntad.
La estrella del pop habló durante más de 20 minutos mientras leía una carta que expresaba su enojo, frustración y tristeza por su actual curatela ordenada por la corte. “Le dije al mundo que estoy feliz y que estoy bien, pero estoy traumatizada. No estoy feliz, no puedo dormir, estoy deprimida. Lloro todos los días “, continuó.
“Han pasado muchas cosas desde hace dos años, la última vez que estuve en la corte. No he vuelto a la corte porque no sentí que me escucharan”, expresó Britney haciendo referencia a que en 2014 ella se opuso a que su padre siguiera como su tutor legal.
El juez intentó mantener un fuerte hermetismo sobre la audiencia. Sin embargo, la misma cantante se opuso en el inicio de la audiencia a la confidencialidad pretendida por el magistrado: “Fueron bastante buenos explotando mi vida durante años, pienso que esta audiencia debería ser pública”.
Spears comparó la tutela con la esclavitud, diciendo: “En California, lo único similar a esto se llama tráfico sexual, hacer que cualquiera trabaje en contra de su voluntad, quitarle todas sus posesiones, tarjeta de crédito, efectivo, teléfono, pasaporte”.
Britney continuó revelando cómo se vio obligada a tomar un fármaco llamado Lithium, que “estabilizaba” su estado de ánimo: “No estoy aquí para ser esclava de nadie. Lo que tomo es una droga fuerte. Puedes dañarte mentalmente si lo tomas por más de 5 meses. Me sentí borracha, ni siquiera podía tener una conversación con mi mamá o mi papá sobre nada. Me tenían con seis enfermeras diferentes”.
La artista también le dijo a la corte que quería casarse con su novio Sam Asghari y tener un bebé, pero la tutela no se lo permitió. “Tengo un DIU en mi cuerpo, en este momento que no me deja tener un bebé y no me dejan ir al médico para que me lo saque” dijo. “No he hecho nada en la vida para merecer esto”. La estrella agregó: “Todo lo que quiero es ser dueña de mi dinero y que esto termine y que mi novio pueda llevarme en su maldito auto”.
El padre de de la icónica cantante, junto con su abogado Andrew Wallet, han custodiado su patrimonio desde 2008. Tras la renuncia de Wallet, en 2019, el padre de Spears se convirtió en el único responsable de supervisar las finanzas de ella hasta que la jueza Brenda Penny nombró a la firma Bessemer Trust, en noviembre de 2020, para servir como cotutor.
Esta relación de dominio dio origen al movimiento #FreeBritney (”Liberen a Britney”) que afirma que la estrella se mantiene contra su voluntad bajo un dominio legal que le niega incluso las libertades personales más básicas.
La controversia en torno al caso legal de Spears cobró nuevo impulso tras el lanzamiento en febrero del documental “Framing Britney Spears”, que cuenta el proceso hacia su colapso y el nombramiento de su padre como tutor. Tras su divorcio de Kevin Federline en 2006 y la pérdida de la custodia de sus hijos al año siguiente.