El día en que Monica Bellucci demostró ser la mujer más sexy del mundo

Desde sus primeras apariciones recibió la atención del mundo y el título de la nueva femme fatale del legado de Federico Fellini. Italiana, hermosa y con una mirada cautivadora. Ella es Monica Bellucci, quien ha sido considerada de las mujeres más hermosas del mundo y copado las listas durante años. Incluso hoy sigue manteniendo varios de sus encantos.

Pero sobre todo, Monica dejó en el mundo del cine varios momentos icónicos que quedaron sellados en el cinematógrafo y, para el mundo de la moda, en su paso por la alfombra roja.

Siempre impecable y con un estilo de diva italiana de antaño, la actriz tuvo varios momentos en que los flashes solo apuntaban hacia ella. Aunque el negro era uno de sus elegidos clásicos, con joyería que acompañaba y relucía bajo una cara de rasgos que mostraban toda su ascendencia italiana, hubo un momento en que demostró ser la mujer más sexy del mundo.

Iba 1997 y Bellucci se proponía dar un espectáculo nunca antes visto, que además demostraría que la desnudez no era sinónimo de sensualidad. De punta en blanco, con un inusual vestido floral (al menos para su estilo), largo, con mangas y un escote que ni siquiera mostraba mucho, la diva del cine impactaba, dejando en vergüenza a su contrincante.

“Esta toma es historia”, escribió la revista de moda italiana Amica, sobre esta fotografía en particular de Bellucci en el Festival de Cine de Cannes de 1997. La declaración está lejos de ser una hipérbole. En la ahora icónica serie de fotos, tomada como parte de un evento promocional de Cartier, Bellucci posa, con un efecto dramático, mientras un estilista le congela el cuello con una enorme gargantilla de diamantes.

La misma se mostraba como un premio en una coreografiada batalla entre ella y una modelo, que posaba desnuda junto a ella y recostada sobre una reposera. Pero incluso ahora, a 24 años del evento que Cartier organizó para que la actriz italiana luciera su nuevo diseño, solo hay una foto que muestra a la joven modelo sin ropa, mientras la de Monica no terminan. Una toma que hasta podría superar a la clásica de Marilyn Monroe.

Fue un momento que definió, y continúa definiendo, la extravagancia y el glamour absoluto del estilo característico de Bellucci.