Debido a la situación que nos rodea, Almorzando con Mirtha Legrand ha quedado bajo las manos de su nieta Juana Viale. Pero hasta ahora, el programa ha cosechado éxito, y el domingo pasado tuvo todos los ingredientes para convertirse en una comedia argentina. Adrián Suar, Sebastián Wainraich, Peto Menahem y Roxy Vázquez eran quienes integraban la mesa, y el humor no tardó en llegar. Aunque también hubo oportunidad de charlar sobre la complicada situación actual de la industria televisiva en Argentina.
La mejor parte de la charla se dio a raíz de un comentario sobre los tatuajes. Entre los comensales, Roxy mostró unas estrellas que lleva en el antebrazo, y fue Adrián Suar quien comentó que, aunque no tiene ninguno, no descarta la posibilidad de tatuarse el nombre de sus hijos.
Viale, con experiencia en el tema y varia tinta sobre la piel, dijo: “No sé cuántos -admitió-. Tengo muchos dibujos y algunos que me tatué arriba de otros para taparlos. Pero no tengo nombres, ni una letra. Me parece raro. Mucha gente se tatúa el nombre de sus hijos. En realidad me da a (la película) Memento, que se tatuaba todo para no olvidarse. Pero la gente que se tatúa eso, como Dalma y Gianinna, me encanta…”
Entre medio, Sebastián metió bocado contando que el ex futbolista de San Lorenzo, Leandro el Pipi Romagnoli, tiene tatuadas las caras de sus padres en el pecho. “Eso es para un psicólogo”, tiro sin reservas Juana. “Estas haciendo el amor y ves las caras…”, le siguió el juego el humorista. Y Peto la terminó diciendo: “Cada tetilla es una nariz (de los tatuajes)”.
Ya casi sin aire, la conductora avanzó un poco más y dejó el comentario con el que todos estallaron de risa: “¡Y si tenés que chupar las tetas...!”. “Sacale el vino”, terminó diciendo Sebastian tentado y como podía.