La última gala de MasterChef Celebrity no atinaba con todas las fuerzas para Fede Bal, que después de una amenaza de abandono la semana pasada, sufrió una recaída con el reloj corriendo y un desafío que en realidad no era difícil de resolver. En las devoluciones del jurado, su bajo desempeño fue casi tan criticada como su actitud “infantil”.
Luego de una masterclass de la reportera Isabel Vermal, a Fede le tocó armar un pionono bicolor. Cuando se presentaron algunas dificultades, casi se abandona si no fuera por la insistencia y apoyo de Claudia Villafañe, que le gritó “¡Dale Fede, hacelo de vuelta! Hacelo otra vez. Lavá esto”, sin dejarlo solo. Después de que Leticia Siciliani, Rocío Marengo y Sofía Pachano también se acercaran a colaborar con la nueva mezcla, Fede decidió solucionar a medias su problema con una torta que cumplía a medias el pedido que le tocaba. Su “Baby Yoda” era de pasta americana verde y estaba rodeado de confites y granas de todos los colores.
Pero al llegar a la mesa del jurado, Damián Betular, Germán Martitegui y Donato de Santis lo liquidaron por cuestiones básicas de las reglas en repostería. Betular primero le consultó por la falta de capas y relleno en la torta, a lo que Bal contestó que se decidió por usar el pionono solo como base y el relleno era “lo de arriba”. “La decoración sería la otra masa...ok. ¿Y el otro color?”, preguntó ya el jurado irónicamente. A lo que Fede contestó que no era bicolor al final, sino multicolor. Pero solo fue otra consigna que no cumplió.
En el turno de De Santis, el juez explicó que solo probaría por “delicadeza” el triste pionono escondido detrás de todo el decorado de mil colores. “Imagino que debe ser la misma textura que comer goma eva”, dijo el jurado. “Nunca comí una goma eva, pero a simple vista yo siento que es lo mismo, es como morder un cartón... triste”, reconoció Bal. “No me enoja, es una actitud tuya darte por vencido teniendo el tiempo para resolverlo. Está en vos si tenés ganas o no tenés ganas”, terminó Donato antes de que llegara el turno de Martitegui.
“Si yo fuera tu hijo, Dios me libre, estaría contento en mi cumpleaños”, le dijo por primera vez con ternura. “Eso es muy lindo”, contestó Bal sonriendo. “Te estoy diciendo cosas lindas, me tiraría de cabeza a eso. Sos un poco infantil, toda tu actitud lo es, y eso está montado en tu decoración”, dijo antes de empezar con un tono más duro. “Pero no soy un niño. Y alguien que quiere competir en serio, no tira la toalla a los diez minutos”. “Es la primera vez que me pasa que me siento frustrado y no sé para dónde salir”, dijo Fede aceptando al final sin problema con las devoluciones.