“Otra familia que te cargaste por zorra” es la frase que hizo explotar una bomba que terminó afectando o despertando a la Argentina entera. Con ese mensaje, Wanda Nara hizo público que fue engañada por Mauro Icardi, su marido y padre de sus dos hijas.
La blonda dejó entrever que el motivo de la separación estaba relacionado con otra mujer e inmediatamente los medios y en las redes se apuntó contra Eugenia “China” Suárez, quien se convirtió en el blanco de insultos de corte machista y se ganó apodos que ¿atrasan? a la sociedad como “robamaridos”, “putita”, “zorra”.
La verdad es que la pareja hoy sigue junta y que la modelo que está instalada en España está luchando contra todo lo que se dice en su contra, tanto que decidió hablar en un extenso escrito compartido en Instagram. Allí dejó ver que las mujeres son el punto más fácil de atacar por todo el mundo y que el hombre sale bien parado siempre, a pesar de sus mentiras, engaños y malas intenciones. Cuestión que ocurre a nivel país y no solo en el trío de Wanda-Icardi-China.
En los últimos años, Argentina ha logrado importantísimos avances como la capacitación con perspectiva de género, una ley contra el acoso callejero y movilizaciones para exigir medidas contra los feminicidios, la legalización del aborto y más. Pero basta con mirar cualquier portal de esta semana para ver la fuerza que todavía tiene el machismo en nuestro país.
Y es que siempre aparecen fotos y videos de mujeres despojadas de ropa, se las insulta y se las culpa de romper con familias, se las hace memes, se las señala como mala madre y un sin fín de cosas más. ¿Y los hombres? Ellos no son mal vistos por la sociedad, son los “copados” que se levantaron a tal o cual mujer, los que conquistan y arreglan cualquier asunto con una demostración en las redes.
Pero lo cierto es que los varones son, muchas veces, los culpables de iniciar una situación que luego se da vuelta y queda la figura femenina como la culpable. En el caso de la China Suárez se empezó a ver su historial amoroso mientras que a Icardi solo se le tuvo compasión porque por “problemas personales” no fue a entrenar con el PSG.
Cuál ha sido la reacción de referentes feministas ante este caso
Al ver la reacción social del escándalo que tiene como protagonistas a Wanda Nara, Mauro Icardi y la China Suárez, varias referentes feministas coincidieron en que el denominado “Wandagate” demuestra a las claras “cuán poderoso es el patriarcado” disciplinando mujeres, en la medida en que “cualquier conducta de ellas que se salga del papel de buena esposa y madre abnegada” no sólo es merecedora de reprobación pública masiva “sino que hasta se la patologiza”.
Además de que cuestionaron el aprovechamiento económico que hicieron del caso algunas marcas, que usaron el caso para hablar de la “fidelidad” hacia sus clientes o de beneficios “de acá hasta la China” sin reparar en el reforzamiento de estereotipos de género que esto supone.
“No hay ‘robamaridos’. Los maridos tienen capacidad para aceptar o rechazar una propuesta sexual y/o amorosa. La culpa no es de ellas. ¿O es que si la rechazan ellos se sienten menos machos o creen que sus pares los van a ver así?”, denunció la periodista Mariana Carbajal, una de las fundadoras del colectivo Ni Una Menos.
“Hay mujeres para las cuales que un hombre esté casado no implica un límite. ¿Son zorras? Son mujeres con los mismos códigos de hombres para los cuales que una mujer esté casada no implica un límite”, agregó.
“¿Se puede condenar a una mujer por lo que hace un varón? No. Ser infiel o no serlo es una decisión de un hombre con la esposa o novia (y no con la tercera en discordia) y un pacto —si existe— que cumple el marido con su esposa, si es que el pacto es de fidelidad mutua.”, compartió Luciana Peker, autora del libro “Putita golosa”.
“Una mujer no roba a un marido, en principio, porque los hombres no son una pertenencia. No solo por respeto a las mujeres, sino por respeto a ellos, que no son objetos inanimados —como una caja fuerte— que se dejan saquear sin que su deseo o decisión pulse enter o de la clave para abrir su cuerpo o su corazón”, sumó.