Wanda Nara acaba de cumplir 35 años y para celebrar la vida decidió tomarse un avión rumbo a la Argentina con sus hijos y sin Mauro Icardi, quien se sumará a la familia en los próximos días para festejar las fiestas de fin de año en el país.
Ni bien piso nuestra tierra, la mediática publicó un video simpático en sus redes sociales, en donde evidenciaba el malestar de algunos de los niños por alejarse varios kilómetros de su hogar. El primero fue Benedicto, quien ante la afirmación de su mamá: “¡Llegamos, Benchu!”, el niño respondió: “¿A Italia?”. Entonces, Valentino irrumpió con un comentario en inglés: “Mom I need to go to Italy, that’s my home”, cuya traducción al español es: “Mamá necesito ir a Italia, esa es mi casa” y que Wanda contestó con un “¿Eh?”, explicitando su sorpresa.
Por otra parte, sus otros hijos tampoco se quedaron callados: “Piscina, paparazzi, vacaciones”, exclamó entre risas Constantino, de 10 años. Isabella, la menor de la familia, fruto de su unión con Mauro Icardi, le contó sus primeras sorpresas al llegar al país: “¿Mami, pero vos te diste cuenta que había mucha gente había ahí?”. “¿Dónde?”, le consultó Nara. “Cuando salimos del avión, en la puerta de afuera, todos gritaban ¡Wanda Wanda!”, a lo que su madre estalló en risas.
Recordemos que la mediática arribó al país días después de su cumpleaños número 35 y su hermana, Zaira Nara, se encargó de organizarle una fiesta sorpresa con su mamá, Nora Colosimo, y sus amistades en un glamuroso bar del barrio de Recoleta en Buenos Aires.
El festejo sorpresa tuvo lugar en Presidente Bar, lugar que cerraron especialmente para la fiesta de cumpleaños de Wanda. Para llegar al restaurante, la modelo fue engañada con la idea de que tendría allí una reunión de trabajo, pero al entrar se encontró con los invitados esperándola para sorprenderla.
Entre los invitados, estuvo su amiga, Sol Estévanez, hija de Enrique Estévanez. La actriz es una de las amitades con quien Wanda se encuentra seguido en Europa. Kenny Palacios, su amigo y estilista personal, y su mamá fueron los cómplices de Zaira para que la empresaria no sospeche de la fiesta que le tenían preparada con comida, tragos y baile.
Y como en todo cumpleaños, no podía faltar la torta, la que fue pensada especialmente para ella: una réplica de una de sus carteras favoritas con los maquillajes que ella comercializa bajo la marca que lleva su nombre.