El domingo por la noche Chano Charpentier debió ser reducido por un oficial de policía, que le disparó en el estómago, a causa de un brote psicótico que tuvo en su casa de Barrio Parque La Verdad. El cantante amenazó a su madre y luego al oficial con un cuchillo cuando quería resistirse a ser internado. Según parece el estado fue producto de sus adicciones.
Actualmente se encuentra internado en terapia intensiva, ya que debieron extirparle el bazo, un riñón y parte del páncreas. Hoy, su madre salió a la vereda del Sanatorio Otamendi y dio ciertas declaraciones desconsolada a los medios que ahí esperaban.
“Acá no hay nadie contra nadie. No es una mamá contra la policía. ¿Cómo voy a estar en contra de la policía de Capilla del Señor, que es la gente que nos cuida y ha ayudado a mi hijo tantas veces? Acá solo hay víctimas”, comenzó diciendo sobre los rumores de que el oficial recibiría culpa por el estado de salud actual de su hijo.
“La primera víctima es mi hijo que está luchando por su vida. La mamá de Amendolara (oficial que le disparó a Chano) que debe estar sufriendo como yo. Y todas las mamás de todos los Chano que padecen la enfermedad de la adicción, que piden ayuda y no tienen respuestas”, dijo llorando sin parar.
Sobre el día del brote psicótico
Fue en ese plano que Marina explicó un poco lo que había sucedido el lunes: “Yo solo llamé a la guardia médica para que ayuden a mi hijo. Sabían que se iban a encontrar con alguien que estaba mal. Yo solo pedí ayuda. No sé a quién tenían que mandar o cómo es el procedimiento”. Luego llamó a un tema que involucra a todos los argentinos: “Solo pido que hagan algo con la Ley de Salud Mental porque estamos todos los padres de los enfermos sin respuesta. La adicción es una enfermedad, está lleno de madres que no tienen visibilidad, que están golpeando un montón de puertas y nadie las escucha”.
Finalmente dio sus agradecimientos al establecimiento que ha atendido a Chano hasta ahora: “Quiero agradecer al Sanatorio Otamendi y a toda la gente que nos ha respetado y le mandan fuerza a mi hijo. Y si quieren saber lo que padece un adicto escuchen las letras de mi hijo. Mi hijo hace 20 años que pide ayuda”.
Y agregó: “Quiero agradecerle a su equipo terapéutico, que lo atiende hace toda una vida, porque mi hijo hace 20 años que está en tratamiento”. Antes de retirarse, pidió de forma desesperada: “Está todo igual. Déjenme en paz. Por favor, no vengan más”.