La resolución legal ya es definitiva. Un juez de a Corte Superior de Los Ángeles, Estados Unidos, rechazó el pedido de suspensión de tutela que Britney Spears había realizado, en contra de su padre Jamie Spears. La tutela legal le fue otorgada en 2008, luego de que a la cantante se la viera en varias ocasiones con un comportamiento errático. Pero finalmente ella se pronunció alegando que la custodia era “abusiva”.
“Sólo quiero que me devuelvan mi vida. Han pasado 13 años y ya es suficiente”, dijo en su discurso la cantante de 39 años. En el discurso explica que su padre controla su vida de forma “abusiva” y “absurda” durante todo este tiempo.
Incluso reveló que no le permitían sacarse un DIU, como forma de control anticonceptiva, lo que le impide volver a ser madre. Esta declaración generó muchísimo impacto en grupos de derechos reproductivos, que se levantaron en favor de la cantante.
Pero las movilizaciones no movieron la balanza y ante el fallo legal muchos se preguntan que pasará con el patrimonio de la artista.
La movida que podría haber protegido su patrimonio
La fortuna de la estrella pop está calculada en unos 60 millones de dólares y hoy su colosal fortuna sigue quedando en manos de su progenitor. Hasta se sabe que recientemente la cantante se propuso remodelar su cocina y su padre se lo denegó por “tener un costo demasiado alto”.
Según explica un abogado, Martín Litwak (fundador y CEO de @UntitledLegal, una boutique de servicios legales especializada en planificación patrimonial internacional), Britney habría tenido una chance de poseer su dinero incluso bajo la tutela si hubiera actuado a tiempo.
El procedimiento se denomina “trust” y puede definirse como “un acuerdo mediante el cual una persona transfiere la propiedad de ciertos activos a otra para que los administre en beneficio de uno o más terceros y los transfiera definitivamente a éstos (o a otros beneficiarios) al cumplimiento de un plazo”. Litwak agregó: “Básicamente, consiste en un papel que diga ‘si yo soy incapaz, quiero que tal persona sea mi guardián’; quien ella designe, sea su marido, su ex marido, un tío, un primo o un amigo, o un guardián profesional, para el cual se puede contratar una empresa”.