La llegada de la pandemia perjudicó a muchos sectores económicos del mundo entero y, en Argentina los artistas fueron también grandes perjudicados de este momento único.
Es así que viendo el panorama, Gladys Florimonte se mudó a Córdoba, más precisamente a Carlos Paz poco después que comenzó la pandemia.
La humorista dejó atrás su vida en Buenos Aires buscando la tranquilidad y el aire puro pero además, la forma de vivir al día sin un trabajo fijo y con las restricciones propias de este momento especial.
Con poco dinero a disposición, Gladys vendió su auto y su camioneta por no poder mantenerlos y además dio de baja algunas tarjetas de crédito.
Entrevistada por la revista Pronto la mujer dijo: “Amo estar en Córdoba, acá tengo mi casa y tuve también que quedarme a arreglarla un poco porque los inquilinos anteriores no fueron muy cuidadosos. Se fueron y me quedé a arreglar todo. ¿Qué iba a hacer encerrada en el departamento de Buenos Aires? Para cagar... de hambre allá, prefiero cagar... de hambre acá y por lo menos tengo aire puro y libre”, comenzó diciendo la actriz.
Por no salir de vacaciones durante tres años, Florimonte pudo ahorrar algo de dinero que le ayudó a vivir en estos meses además de la venta de sus vehículos.
“Desde que laburé con Lanata para acá, ahorré todo lo que trabajé para este momento. ¿Cuánto te gastás en ir afuera? Un montón. Yo no viajé a ningún lado y cuando fui a lo de Del Moro gané una buena guita y lo transformé en dólares porque me idea era ir a ver a la Virgen de Guadalupe pero no pude viajar. Ahorré todo, laburé y dentro de todo pude pilotearla. Soy austera. Ahora ando en un autito de mierd... pero no me importa eso porque cuando volvamos al ruedo y a la normalidad, con laburo sé que puedo volver a comprar una camioneta como la que tenía”, dijo esperanzada.
Con un único gasto importante como el de la obra social, Gladys dijo: “No tengo lujos, ni siquiera me compro ropa. Me voy a quedar con una sola tarjeta, hoy tengo solo para sobrevivir”.
A diferencia de casi todos los famosos, Gladys no tiene canjes porque le da vergüenza pedirlos. Sus amigos le recomiendan conseguir algunos pero ella sostiene que “no le sale”. Lo que no descarta es sumarse a la plataforma donde venden videos personalizados, aunque tiene claro que sólo lo haría con gente que tenga mucho dinero.
“A los que no tienen, de ninguna manera les cobraría un peso. Si nosotros nos debemos al público. No me parece mal que algunos compañeros cobren los saludos porque es agotador: no es que hacés un video y listo; todo el tiempo te están pidiendo. No sé de dónde sacan el teléfono, pero hasta por WhatsApp me piden saludos. Algunos ni siquiera los contesto porque me rompen bastante las pelotas”, finalizó.