En la actualidad las cirugías estéticas están al alcance de quien quiera mejorar algún rasgo o corregir alguna parte del cuerpo o cara que no tenga conformidad con uno mismo.
Si bien todo tiene que ver en parte de la autoestima de cada quien, en caso de recurrir al quirófano es preciso tener en claro la medida justa, el equilibrio. Es que hay quienes no pueden evitar querer cambiar todo su aspecto como parte de una adicción, lo cual debe ser tratado con la ayuda profesional necesaria.
Sin embargo, cuando todo se trata de tener una mejor imagen de uno mismo frente al espejo es bienvenido. De allí la necesidad de elegir a buen profesional que sea parte del proceso de cambio.
Muchos artistas, modelos, cantantes, actrices y actores que están expuestos de manera directa a la opinión pública se ven influidos en cierta forma de alcanzar “ciertos estándares de belleza”. Por tal motivo, cuando una figura no es esbelta, la nariz no es respingada o los brazos son muy flácidos en el mundo del espectáculo se ven tentados por recurrir al quirófano. Cabe aclarar, que no es el caso de todos ya que muchos llevan sus “imperfecciones” con total seguridad.
Pero en el caso de Guillermina Valdés al revisar el archivo fotográfico que existe en la red es posible hallar un notable cambio en su apariencia desde sus inicios hasta estos días. De joven comenzó como una modelo de perfil bajo, con su cabello rubio y su rostro virgen de bisturí.
Con el tiempo, sobre todo cuando inició un romance con Marcelo Tinelli y luego formalizó su relación con él, comenzó a tener una gran exposición. Fue un poco antes de eso que Valdés se sometió a algunas cirugías que le dieron la seguridad que le faltaba para aparecer decididamente en los medios.
Actualmente, su rostro se ve muy diferente a lo que solía ser hace dos décadas, pero no por el paso del tiempo en sí, sino por la modificación de sus labios para lograr que fueran mucho más carnosos y deseables.
Al comparar una fotografía de hace unos años con una actual, sus pómulos se ven más estilizados y su nariz con un pequeño afinamiento. Sin lugar a dudas, la empresaria logró una apariencia sensual en su madurez. Es posible afirmar que el paso del tiempo le ha sentado muy bien, al punto de convertirla en una ¡diosa! ¿Ustedes que opinan?