Con la esperada final de MasterChef Celebrity 2 y el triunfo de Gastón Dalmau como campeón de la segunda temporada, Georgina Barbarossa fue contactada para contar su paso por le certamen y experiencia del último episodio. Relajada, desde su casa, la actriz vio la final acompañada por sus dos hijos, Juan y Tomás, sus nueras y su sobrina, que vino de Córdoba a Buenos Aires a estudiar actuación y la apoyó durante toda la competencia. “Ahora soy la Xuxa de los chicos que hacen videos con las pelucas de la tía. Yo sentí que gané”, expresó con alegría cuando fue contactada por Teleshow.
Georgina confesó que nunca pensó llegar como finalista, y aunque le daba vergüenza irse en la primer semana, fue una sorpresa para ella sobrepasar la tercera. “Haber estado acá con estos chicos que son unos nerds en la cocina, que el público se divirtiera, poder captar al público joven que no me conocía. (...) Yo sentí que gané, fue volver a un canal líder que amo, entretener a la gente, eso fue una tarea cumplida porque la misión de los actores es abrir la cabeza y el corazón, así que fui feliz”, expresó sobre su segundo lugar.
De hecho confesó que luego de que sus hijos se fueron solo cocinaba “cosas de dieta”, por lo que cuando fue convocada comenzó a prepararse con chef amigos, ahí estuvo su secreto. Sus dos maestros fueron Rodrigo Toso (que trabajó con ella en Movete) y con Rudolph Castro.
“Las clases eran los fines de semana, entonces perdí la vida social, los chicos venían el fin de semana a casa capaz y les decía ‘ni me hablen’. Fue un ritmo muy intenso porque tenía el fin de semana para practicar recetas”, contó. Tanto esfuerzo dio frutos y a pesar de no haber ganado la final, dijo que estaba muy feliz por Dalmau: “Fue conmovedor y lo tiene re contra merecido. Vino (a la Argentina) para eso, vino, ganó y se fue”.
Lo que más sufrió Georgina
Su peor enemigo era el reloj y confiesa que en más de una ocasión sufría estando en la cocina: “Fue un esfuerzo titánico, hay estrés, taquicardia y se te sale el corazón porque no llegás. No es cocinar solamente, está en juego la templanza que tengas. Había veces que tenía ganas de arrancarme la peluca”.
Hasta confesó que uno de los jurados le tenía un apodo especial que nunca se escuchó al aire: “Martitegui me decía que tenía “ciclotimia gastronómica” porque las cosas me salían brutal o pésimo”.
Entre otras cosas, las carnes raras fueron su kriptonita: “Mentalmente soy vegetariana, aunque ante un asado me rindo. Nunca en la vida había hecho conejo o yacaré, pensaba en mi gato y se me partía el alma”.
A pesar de que no se mostraron en la final, sus hijos fueron apoyo incondicional en todo el programa. Para la final, fueron ellos quienes probaron las carnes que Barbarossa preparó: “La probé con distintos rellenos que armé con mi profesor y los chicos comieron. Se las hice un día que llegué como a las diez de la noche a casa, me saqué la peluca y con las cejas de Frida Kahlo se las empecé a preparar”. Aunque el plato que siempre le piden ellos con sus novias es el rissoto, que la actriz prepara con hongos.
Pero a pesar de los nervios, le llanto y el sufrimiento, la comediante y conductora se encuentra super agradecida con la oportunidad que le dieron, estando en el “prime time” de la tele: “Fue una enseñanza de autoconocimiento, porque tenés que manejar tu templanza. Yo soy una persona de fe y desde hace dos años medito, lo que me sirvió mucho. Masterchef es para guerreros”.