Lía Crucet sufrió un complicado accidente doméstico días atrás y a causa de un fuerte golpe se quebró la cadera, por lo que tuvo que ser hospitalizada. La cantante recibió el alta médica, tras haber sido operada, y ahora se recupera “pelándola”, según comentaron desde su entorno.
Su marido, Tony Salatino, fue el primero en ver a Lía tendida en el piso de la habitación tras haberse dado un duro golpe. Luego, la acompañó durante su estadía en la clínica y es el quien está con ella asistiéndola en su proceso de recuperación, el que estiman que será lento.
“Salió con mucho éxito gracias a Dios, los médicos estaban muy contentos por la operación. Ahora está recuperándose acá, lleva su tiempo. Pero ahí estamos, peleándola y ella está de buen ánimo, poniendo todas su fuerzas para recuperarse”, señaló Salatino en diálogo con Teleshow.
La artista recibe la visita de kinesiólogos que van a su domicilio para ayudarla con la recuperación y el postoperatorio. “Con mucho cuidado, porque todavía es muy reciente la operación. Hasta que le cierren los puntos, camina por dentro de casa y todavía siente mucho dolor, pero gracias a Dios está muy tranquila”, reveló el marido de la cantante.
Días atrás, Tony Salatino habló con Teleshow y contó que Lía estaba en su dormitorio y él tomaba mates abajo cuando su hijo le advirtió de la situación. “Mi hijo me dijo ‘Papi subí que se cayó mamá’. Subo y le pregunto a Lía que estaba haciendo y me responde ‘nada... no puedo caminar’”, dijo y comentó: “Todavía no sabemos cómo se cayó, quizás fue una baja de presión...”, agregó.
“Llamé a la ambulancia y cuando llegó al hospital le hicieron una radiografía. Producto de cuando ella se operó del cáncer y le sacaron los ganglios linfáticos, ella tiene una pierna más ancha que la otra y todo su peso iba a la pierna que tiene más flaquita, y ahí se produjo la fractura”, contó el esposo de Lía respecto de lo que le dijeron los médicos.
“Esto se suma a su problema de esquizofrenia que cada vez empeora un poco más, pero se va llevando. Ahora nos pasa esto y veo que viene todo junto. Es la primera vez que cuando cuento esto no lloro porque uno ya no sabe qué hacer, pero hay que soportarlo porque no queda otra”, cerró Salatino.