Ya han pasado casi dos meses, pero el dolor por la pérdida del periodista Mauro Viale a causa de coronavirus, sigue sonando por los círculos del espectáculo y periodismo argentino. A los 53 años, Viale se contagió y estuvo internado hasta que falleció el domingo 11 de abril. Su mujer, Leonor Schwadron, ahora ha contado a modo de crónica victoriosa cómo fueron sus últimos días. “Se sentía mal, pero como era un soldado, fue igual a trabajar”, comenzó contando.
“No se dio cuenta de la gravedad del cuadro”, explica. Su marido ya había recibido las dosis de la vacuna Sinopharm, pero al poco tiempo le colapsaron los dos pulmones y el diagnóstico dio como resultado una neumonía bilateral.
La pasión por su carrera era una de sus características y por eso Leonor tiene grabado en la memoria su último día de trabajo, cuando fue a conducir uno de los programas de América TV: “Vimos todos que se le cerraban los ojitos. Alexis le gritaba por la cucaracha: ‘¡Te estás durmiendo, te estás durmiendo’. Pero él no lo advertía, porque con los 39 y medio (grados de fiebre) que tenía...”.
Ya en casa, su hija Ivana fue quien le aplicó paños fríos hasta que vinieron a buscarlo para llevarlo al hospital. Sin embargo, no fue decisión del Viale la de internarse: “No quería saber nada con internarse. Lo convenció el personal de la obra social: le avisaron que si él seguía así, se le iba a hacer un taponamiento cerebral, que no le iba a llegar oxígeno al cerebro y que se podía morir”, explicó su mujer.
La duda que persigue a Leonor Schwadron
“Solo tengo una pequeña queja. Él estaba con ese cuadro de tanta descompensación pulmonar en terapia intermedia, con provisión de oxígeno, y, no sabemos por qué razón ni quién decidió bajarlo a sala común”, relataba la viuda, recordando el tiempo de internación de su marido.
“Ahí, en sala común, no tenés el monitoreo permanente”, dijo sobre una de las mayores dificultades. “Hasta las cuatro de la tarde estaba bien. Hubo una desconexión, se hizo un vacío y... Bueno, los médicos llamaron a Jonatan para informar... Él fue a verlo para constatar... ¡No lo podíamos creer!”.
A pesar de la incertidumbre del final, que muchas familias en el mundo han vivido en el último año, Leonor resaltó la suerte de vivir a la par. “Tengo el orgullo de ser y seré por siempre la esposa de Mauro Viale”, recalcó. Su dedicación por el periodismo nunca lo nubló para reconocer que no debía ser su único legado: “El amor, el respeto, el cariño, la defensa de la familia. Y luego, el trabajo”.