Mia Khalifa alcanzó una fama internacional luego de que en 2014 pasó por la industria pornográfica, lo que le valió ser víctima de amenazas que recibe de grupos extremistas como ISIS y Estado Islámico. La joven, ya alejada de ese mundo, confesó que está arrepentida de haber sido parte del cine porno.
Su nombre quedó marcado en el mundo XXX y todo se volvió aún más masivo y violento cuando se difundió el video en el que se la ve luciendo un hiyab islámico, ese pañuelo que visten algunas mujeres musulmanas en su cabeza.
Por ese hecho, la joven se convirtió en el objetivo del sector más duro y religioso del estado Islámico. Sin embargo, ella lucha por sus ideales y busca todos los días alejarse de ese pasado con un nuevo presente: la moda y su trabajo como DJ.
“Mi cuenta de Instagram fue hackeada por simpatizantes de EI, que publicaron propaganda por todas partes (…); no me hice una cuenta nueva hasta un año después, cuando decidí aceptar mi destino como la infame exestrella porno e intentar cambiar la narrativa”, contó Mia en una entrevista en el programa Hard Talk de la BBC.
“Procuro no preocuparme, porque no puedes mostrarte débil con ellos. Es lo que están buscando. Intento hacer como si no me importara, aunque al final te acaba afectando”, afirmó en 2017 sobre las amenazas de Isis.
Además, confesó: “Pensé que nadie descubriría que haría porno. Allí miles de chicas se graban teniendo intimidad y nadie conoce sus nombres. Quería hacerlo como un secreto, pero todo reventó”.
Khalifa se mostró arrepentida de haber sido actriz porno y descartó regresar a ese mundo. “De poder regresar el tiempo, no aceptaría la propuesta”, aseguró.
“Por suerte hay un spray de gas pimienta que nosotras, las mujeres, podemos llevar en la cartera… ¡Úsalo! ¡Corre! ¡Que no te engañen, que no te usen!”, indicó.