Nicolas Cage prolífico actor y sobrino de Francis Ford Coppola es reconocido en Hollywood no solo por interpretar junto a Meg Rian “Un ángel enamorado” sino por gastar todo lo que posee en sus lujosos gustos.
Según publica Infobae, no escatima en gastos y nunca llega a saber cuánto es suficiente. Llegó a ser propietario de 15 residencias. Una de ellas, una costosa residencia frente al mar de USD 25 millones en Newport Beach, California; una finca de USD 15,7 millones en Rhode Island y una residencia de USD 8,5 millones en Las Vegas. Eso solamente contando sus casas en Estados Unidos, país natal, también quiso adquirir complejos residenciales en Europa y lo hizo. Se adueñó de un castillo inglés por USD 10 millones, y para empardar consiguió otro alemán por USD 2,3 millones. No obstante, parece que ninguna era tanto de su agrado y el hombre le falta espacio por lo que adquirió su propia isla en Bahamas por USD 10 millones.
Una vez que se contentó con los edificios, compró animales exóticos. Tiene dos cobras albinas, por las que pagó USD 270.000. Hay quienes lo han considerado como un adicto al peligro y otros especulan con algunas vinculaciones a lo sexual. Sin embargo, debe tener muy a mano el antídoto para conservar estas especies en casa. Pero eso no es todo, también compró un pulpo gigante por el que pagó apenas USD 150.000, debe haber sido para hacer juego con las dos cobras.
Pero la compra más insólita y descollante que se puede señalar de este peculiar artista es la del cráneo de un dinosaurio. Confeso amante de la historia, en abril de 2007 decidió entrar en una subasta donde ganó con la mayor oferta al fósil que había vivido hace más de 67 millones de años. El precio de salida arrancó en USD 100.000, así comenzó la puja. Alguien dijo 110, Cage ofreció 120. Le respondieron 150, y subió a 200. Con el valor inicial duplicado, varios de los interesados se retiraron. La puja siguió hasta que quedaron solo dos candidatos: Cage y Leo Di Caprio.
La oferta final de Cage fue de USD 276.000, monto por el que recibió el objeto paleontológico.
Salió airoso de la sala, seguramente muy confiado con el correspondiente certificado de autenticidad. Sin embargo, el fósil tenía pedido de captura, estaba denunciado como robado. Todo indica que Leonardo Di Caprio se salvó de un gran dolor de cabeza.
Sin embargo, en 2009 llegaron más problemas cuando se supo que debía USD 6 millones de impuestos, le quedaban apenas USD 25 millones. Una fortuna modesta para su modo de vida, pero en julio de 2014 le llegó una notificación del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, es que el cráneo del T. Rex había sido hurtado de Mongolia.
Según trascendió ni la galería dedicada a la subasta ni Nicolas Cage tenían conocimiento de la procedencia ilícita del fósil. Lo cierto es que debió regresar el cadáver, pero nunca le devolvieron su dinero.
Tal vez a partir de ahí el consentido sobrino de Coppola habrá aprendido la lección, ya que no se le han conocido por el momento otras compras exóticas.