Sabrina Rojas mantuvo durante mucho tiempo un bajo perfil y, casada con Luciano Castro, la mendocina se dedicó a su casa y a sus hijos.
Luego de sus crisis matrimonial y posterior reconciliación la pareja comenzó a disfrutar de la vida de manera más relajada e incluso se animaron a trabajar juntos en la obra teatral “Desnudos” la cual tuvo un éxito arrollador en Mar del Plata.
Llegada la cuarentena y pospuesta la gira pensada para el interior del país, la pareja se refugió en su casa, adoptaron a un perro callejero y Sabrina se animó a más.
A través de su cuenta de Instagram, la rubia comentó: “Lo que no me animé a los 20 lo voy a hacer a los 40” y compartió una historia en donde estaba acostada en una camilla realizándose un enorme tatuaje en la pierna y glúteo izquierdo.
Finalmente esta semana, la actriz compartió una foto del trabajo terminado y sorprendió a sus fanáticos en las plataformas virtuales: “Enamorada de mi tattoo” escribió en una selfie que se tomó frente a un espejo y arrodillada en el piso.
La joven también aprovechó para mostrar el diseño de hojas y flores cubrían su pierna y cadera y agradecer al artista que se animó a semejante trabajo.