Sergio Lapegüe se encuentra internado en el Sanatorio Juncal de Temperley, aislado y transitando a duras penas el Covid-19, enfermedad de la que se contagió y terminó presentando síntomas en el fin de semana. Desde su habitación, el periodista de TN relató sobre su estado de salud y la gravedad de su condición.
“Y un día me tocó a mí... Después de tanto cuidado. De tanta prédica. De tanto insistir con el protocolo. Por error, por imprudencia o por un imponderable me contagié de COVID”, comienza poniendo en el texto que compartió por sus redes. Según parece, el periodista contrajo la enfermedad en algún momento de su viaje a México, en la Rivera Maya, a donde había viajado con toda su familia y otra familia amiga.
En su relato, cuenta que no sabe bien cuando comenzó, pero sí que empezó a toser, sentir “un cansancio raro” y a faltarle el aire. Poco después llegó la fiebre, pero fueron los estudios en Temperley y una tomografía de pulmones lo que cambió la historia.
El estado de salud de Lapegüe
Debido a su condición de asma, el periodista se encuentra dentro de grupo de “personas de riesgo”. “Mi pulmón derecho está empezando a ser invadido por el virus. Estoy internado”, escribió en el mismo texto.
Pero antes de generar miedo en sus seguidores, aclaró que se encuentra en buenas manos: “La rápida acción de los médicos está evitando que se expanda. Son increíbles”, escribió refiriéndose al perosnal de salud que se hace cargo de é.
“En unas horas me ponen plasma. Estoy muy bien cuidado por los médicos y enfermeros y todo el personal. Estoy aislado esperando que el virus se vaya... muy generosos a todos por la preocupación y por cada mensaje de aliento!!! De corazón gracias. Cuídense!!!”, dice al final del largo mensaje donde, después de unas vacaciones en el exterior, llama al cuidado y prevención.
Luego de recibir plasma, el periodista hizo nuevas declaraciones sobre los increíbles efectos que tiene. “Recibiendo plasma de convaleciente. Recibiendo esperanza”, escribió en una Storie que subió.
“estaba tan cansado que no quería ver a nadie. Dormitaba, luz apagada; todo el día así”, cuenta sobre su estado antes de recibir plasma. Pero después de casi dos horas y media de tranfusión, el cambio fue notorio: “A la hora, hora y media, volví a revivir. Es impresionante. No estoy para correr, pero me siento mejor. El nivel de oxígeno también está mejor: varía entre 95, 96, 97. Estoy viviendo el proceso de este virus. Lo bueno es que la neumonía no avanzó: el trabaja de los médicos ha hecho que el virus no crezca, lo cual es muy probable″.