El exguitarrista de Los Abuelos de la Nada estaba viviendo una situación crítica cuando Emiliano Bustos le tendió una mano. El músico se había quedado en la calle y el joven le brindó un lugar en su casa, comida, remedios y la contención que necesitaba para poder recomponerse.
Gustavo Bazterrica tiene algunos problemas de salud, pero también económicos. Incluso, había llegado a pedir ayuda a través de las redes sociales, principalmente un hogar de tránsito porque por diferencias con su ex ya no tendría dónde vivir.
“Debido a diferencias irreconciliables con mi expareja, necesito un hogar de tránsito hasta que salgan mis papeles de la pensión”, escribió en un posteo el exintegrante del grupo de rock argentino.
Pero la ayuda llegó finalmente de parte de un joven que lo encontró en un cajero automático y decidió hacer algo por el de forma desinteresada.
“Llegó en un remís y al toque me di cuenta de que tenía problemas motrices. No podía casi ni bajar del auto. Lo ayudé y le cedí mi lugar en la fila del cajero. Apenas caminaba y mientras lo ayudaba a sostenerse empezamos a charlar”, escribió al comienzo de un posteo.
Y agregó: “Le dije que le veía cara conocida y me dijo que era nada más y nada menos que Gustavo Bazterrica. Eterno guitarrista de Los Abuelos de la Nada”.
El joven le salvó la vida a Gustavo Bazterrica
Según relató Emiliano Bustos, días después del encuentro en el cajero leyó en la cuenta de Facebook del guitarrista que no tenía dónde vivir y él como muchas otras personas de ofreció a ayudarlo.
“Yo fui uno más que se sumó a ese pedido y no sé por qué entre tantos me llegó un mensaje suyo renovando su pedido de ayuda”, resaltó el joven.
“Así que me puse a su disposición y lo traje a mi casa. Lo ayudé a bañarse, le di de comer, le compré remedios y acá estamos. En casa charlando de la vida, dándole compañía y asistiéndolo. Más que hablando, escuchando, aprendiendo, deleitándome con sus infinitas historias”, comentó feliz.
“Todos algún día vamos a llegar a esa edad y no le deseo a nadie llegar así. O espero que todos tengamos alguien en quien confiar. Tengo mucho miedo, sí. Miedo. Jamás traje alguien a vivir a casa y menos una persona mayor y con sus limitaciones. Pero me la jugué, me animé”, cerró reflexivo.
El 30 de diciembre, Bustos contó que Bazterrica ya está mucho mejor. “Está con signos vitales normales. Ya se levanta por sí mismo y anda solo. Más que feliz. Ayer estaba re tirado y hoy ya quiere ir a caminar come re bien. Se vinieron las buenas nomás”.