Diego Olivera (52) y Mónica Ayos (48) son una de las parejas de actores argentinos más consolidadas en el mundo del espectáculo. Es que llevan muchos tiempo juntos y su relación se afianzó aún más con el nacimiento de su primer y única hija hasta el momento, Victoria (16).
A pesar de que viven en México desde hace diez años, donde se convirtieron en verdaderas estrellas de la televisión azteca, Diego y Mónica decidieron pasar la cuarentena en su hogar de Miami junto a su heredera.
En díalogo con la revista “Hola Argentina”, la joven dio su primer reportaje, y como se volvió típico en estos días de pandemia, lo hizo a través de Zoom. “Estoy cursando la preparatoria, que en Argentina sería el cuarto año del secundario. Nos instalamos en México cuando recién empezaba primer grado y por suerte, logré adaptarme muy rápido y me acostumbré a los modismos. A veces hablo muy rápido en porteño y no me entienden, por eso trato de mantener los dos acentos”, explicó.
Ante la consulta sobre como se siente por ser hija de famosos, la adolescente describió: “Nací con padres que se dedican a esta profesión que es mágica, pero al mismo tiempo siento que es un trabajo que te lleva a estar permanentemente en una vidriera. Ellos por suerte no son de exponerse tanto, eso me permitió disfrutar más y vivir más tranqui”
“Papá mide 1,90, mamá 1,64 y yo 1,80, así que claramente la altura la heredé de mi viejo. [Se ríe]. En cambio, el humor es algo que tengo de los dos. Mamá tiene más humor negro y papá es bastante más formal, pero los dos son muy graciosos. En algunas cuestiones me veo muy ordenada como papá, pero en otras cosas soy tan caótica como mamá”, argumentó en cuánto a las cosas que heredó de sus padres.
Victoria tiene su gran confidente: su mamá. La joven destacó que “le cuento casi todo. La verdad es que confío mucho en su mirada. Obviamente hay cosas que me guardo porque prefiero resolverlas sola”.
Por último, se refirió a si seguirá los pasos de Mónica y Diego en la actuación: “Amo cantar y estudio piano hace años. La música es mi lugar de expresión y donde me siento más cómoda. La actuación también me llama la atención y empezar a estudiar teatro sería una opción para acercarme al tema y tenerlo como un lugar de crecimiento.
Y agregó: “Pero también pensé en estudiar Psicología porque me gusta mucho observar el comportamiento de las personas. Todavía no lo tengo muy claro”