“La temperatura ambiente en San Petersburgo rondaba los 20° bajo cero, mientras que el agua estaba al punto de congelación. Cada dos carreras, la organización rompía la capa de hielo que se formaba en los andariveles”, explica Darío Silva.
En el río Neva, frente a la Fortaleza de San Pedro y San Pablo, un pequeño rectángulo ganado a la nieve es el teatro elegido para el Campeonato Europeo de natación en hielo. En esta piscina artificial, un pequeño recorte del río que fluye a través de la ciudad rusa, dos mendocinos subieron al podio en sus respectivas categorías.
Hoy, Darío Silva y Mauricio López cambiaron de escenario, en su aventura los mendocinos abandonaron el rigor que ofreció la competición en Rusia para asumir el reto que presenta el Mundial en Estonia. “Es diferente, la temperaturas es de 11 grados bajo cero, no es tan baja como en Rusia porque estamos nadando en agua salada, en el mar Báltico”, sostiene Darío, subcampeón el fin de semana pasado en los 200 y 50 metros libres.
En el diario Metro News, una foto de Darío ilustra la crónica del evento que reunió a atletas provenientes de 11 países. El deportista de 50 años disfruta de su asombro, de este presente que le resultaba inimaginable, increíble.
“En la vida todo es un reto, apenas había empezado a nadar me invitaron a una carrera porque veían que tenía condiciones por mis tiempos y así empezó todo, ante había jugado al paddle y también al fútbol. Con el tiempo la competencia en piletas cortas se volvió monótona, no me convencía y me invitaron a probar en aguas abiertas” relata el nadador del club Chacras Indoor.
“Nosotros tenemos unos paisajes hermosos, la verdad es que se disfruta mucho más nadar distancia que nadar bajo techo. Cuando crucé el Canal de Beagle, estuve con un escocés que me contó que él se había transformado de nadador de pileta en uno de aguas abiertas, y después de paisajes”.
La voz de Darío está algo ronca, los gritos y las arengas a sus compañeros la fueron desgastando más que las temperaturas. En su relato, relucen las nuevas vivencias: “La organización, cada dos carreras, rompía la capa de hielo que se formaba sobre el agua; antes con una motosierra habían cortado un rectángulo en el hielo para armar los andariveles de la competencia”. Pero este no fue su primer desafío porque “Ya había hecho otras cosas, como nadar en pleno invierno en el Nahuel Huapi o cruzar el canal Canal de Beagle; tenía experiencia pero nunca había vivido las temperaturas europeas”.
“El Canal de Beagle lo cruzamos hace dos años, el evento los había organizado Swing argentina con una logística impresionante. Partimos desde Chile, desde el puerto Navarino, hasta Ushuaia, en Tierra del Fuego. Era una distancia aproximada de 21 kilómetros y lo hicimos en relevos, cada participante permanecía en el agua entre 10 y 12 minutos; de esa manera pudimos llegar a la costa argentina”.
“La elección de nadar en hielo fue pura curiosidad, de ver imágenes de gente que lo hacía en los países escandinavos o del norte de Europa donde es es una práctica bastante común”, cuenta con ese tono áspero de la arenga Darío Silva. El constructor de 50 años que en el Mundial bracea nuevos paisajes.
Natación en hielo
La natación en hielo consiste en nadar en el agua con la singularidad de estar delimitada por una capa congelada de hielo; requiere realizar un agujero en el hielo.
Aunque también se puede realizar en una piscina con el agua a una temperatura próxima a 0 °C (pero puede variar hasta los 15 °C, dependiendo de la región), temperatura de congelación del agua. La natación en hielo es posible porque la congelación del agua libera el calor, de modo que el agua no se congela al instante.
La natación de invierno se fundamenta en nadar con el agua a temperatura ambiental durante esta estación del año. Según la localización geográfica, y la época del año, el agua puede estar a una temperatura prácticamente helada como en la natación de hielo, o puede estar bastante más caliente.
La natación en agua helada, cercana al punto de congelación, se considera un deporte extremo. En estas condiciones se nada un tramo de un kilómetro. Un conocido nadador de invierno es el británico Lewis Pugh, más conocido como el “hombre de hielo”. (iceman).
San Petersburgo: un agujero en el hielo
Nadadores de 11 países participaron en la competencia de natación de invierno en San Petersburgo. Las pruebas tuvieron lugar en una cuenca especialmente cortada cerca del bastión Trubetskoi de la Fortaleza de Pedro y Pablo.
El equipo más grande vino a nosotros desde Bélgica, el más lejano desde Argentina y desde los Estados Unidos, le dijo al director de Metro de la Federación de Natación de Invierno de Petersburgo, Roman Karkachev.
Los participantes fueron acompañados por grupos de apoyo. Los más activos fueron los argentinos, que apoyaron de manera fuerte y temperamental cuando sus nadadores participaron en el baño, toda la playa sabía quién estaba en el camino.
Los belgas se reunieron con sus atletas al final y les trajeron un vaso de bebidas calientes. Los fanáticos generosos ofrecieron calentarse no solo a sus compatriotas, sino también a sus rivales. Como regla general, se negaron y corrieron a tomar el baño, instalado en la playa de la Fortaleza de Pedro y Pablo. Y los más resistentes a las heladas, sin vestirse, fueron fotografiados en los lugares de interés de Petersburgo.
“Hoy nadamos con una vista de la Fortaleza de Pedro y Pablo, la Catedral de San Isaac y el Hermitage, -dicen los participantes de América-. Ni siquiera podían imaginar que fuera posible. Ahora debemos estar a tiempo para visitar estos museos”.
El participante más viejo tiene 78 años y el menor 10 años. Vanya, el más chico del grupo, pertenece al club Nevskaya Volna y compitió con adultos. Iván se dedica a la natación, va a la piscina y participa en competencias en aguas heladas por segunda vez, - dice la madre de Vanya.
En total, se realizaron 88 series de premios durante el fin de semana.(Artículo publicado por el diario ruso Metro).