La finalización de mayo permite constatar un dato preocupante para las familias, que es parte de los graves problemas económicos de la coyuntura, apenas disimulados por el impacto del Covid-19.
Casi nueve de cada 10 familias están endeudadas, en muchos casos con un aumento en sus obligaciones bancarias y no bancarias, según un informe difundido por la economista Victoria Giarrizzo, del Centro de Economía Regional y Experimental (Cerx).
El monto de las deudas creció 9,5 por ciento. Las obligaciones bancarias tuvieron un incremento de 2,4 por ciento, con un alza significativa en las no bancarias, que registraron una suba de 25,9 por ciento.
Casi la mitad de las familias atribuyó el aumento del endeudamiento a los efectos de la pandemia por la inactividad que se registró en la mayor parte de los sectores desde el 20 de marzo último, aliviada por las disposiciones vigentes desde esta semana.
Cada familia debe 150.686 pesos en promedio. Con las entidades bancarias, los compromisos ascienden en total a 1,18 billones de pesos, mientras que con las no bancarias suman 634 mil millones de pesos, con impacto en 12 millones de hogares.
Las nuevas obligaciones impagas están referidas a alquileres y a cuotas de colegios, en particular.
Si bien crecieron las deudas impositivas, las familias descuentan que los distintos niveles de Estado instrumentarán planes de pago una vez controlada la pandemia del coronavirus.
Los datos relevados por Cerx confirman las urgencias diarias que sufren millones de familias a partir del drástico parate en las actividades económicas.
El cese tuvo particular incidencia en comercios y en industrias, así como en los servicios de transporte, de gastronomía, de entretenimiento y de turismo.
El presidente Alberto Fernández afirmó que “la cuarentena va a durar todo lo que tenga que durar”, en una expresión que minimiza otros efectos que provoca el aislamiento, como la crisis económica y el impacto psicosocial en individuos y en familias.
La experiencia de numerosos países que están dejando atrás este flagelo evidencia un equilibrio imprescindible en todas las medidas y acciones oficiales, que –de adoptarse en la Argentina– evitarían sumergir al país en una mayor debacle, que ya padecía antes de la expansión del coronavirus.
El combate contra la peste no puede convertirse en el trazado de drásticas opciones, sino en la combinación de elementos para evitar que la economía y la sociedad se sumerjan en condiciones insondables.
El aumento de las deudas de las familias es una clara señal de los múltiples y complejos desafíos que deberán afrontar las autoridades en la pospandemia.