Cuando compramos un nuevo teléfono inteligente esperamos por supuesto que dure lo más posible, especialmente si consideramos lo que suelen costar esta clase de dispositivos.
Pero tarde o temprano el smartphone que alguna vez fue el gadget más avanzado en nuestro hogar termina en un cajón y ya no sabemos que hacer con él. En ciertas oportunidades venderlo no es una opción, ya sea porque es muy antiguo o porque el precio de reventa es muy bajo.
¿Qué hacemos entonces con el teléfono viejo? No tiene que quedar abandonado por siempre, hay algunas opciones ingeniosas que nos permitirán darle alguna utilidad mínima a esa pieza tecno que ya no usamos.