En estos últimos tiempos en que las mujeres han tomado el estandarte de reclamar derechos e igualdades respecto del hombre que les ha cercenado el patriarcado, hagamos un ejercicio para poner este tema en cierta perspectiva histórica.
En muchas religiones o caminos espirituales, (taoísmo, hinduismo, budismo, islamismo y cristianismo), las mujeres fueron consideradas en segundo orden y en muchos casos como “inferiores”. En la iconografía cristiana, Dios puede ser un anciano con barba, un Rey en un trono, un juez inapelable, pero siempre como una “autoridad masculina”. Ya sabemos que Dios es un ser espiritual, sin embargo, el lenguaje figurativo nos induce a verlo cómo humano, pero casi nunca es imagen femenina, sino masculino. Las Sagradas Escrituras contienen decenas de referencias de Dios como el “Padre”. Y no se puede ser Padre si no se es varón.
En el derecho Romano se establecía la «patria potestad», es decir, la familia dependía del “pater, la familia le debía obediencia incondicional. Los Profetas y filósofos fueron: Abraham, Moisés, Jesucristo, Mahoma, Confucio, Buda, Lao-Tse, Mencio, Rama Krishna, Hermes Trimegisto, Orfeo, Pitágoras, Platón, Zoroastro, “todos varones”.
¿Con todos estos antecedentes, podríamos tomarnos el atrevimiento de preguntarnos si Dios es Varón? De hecho, muchos lo imaginan más como varón, que como mujer. El primer hombre creado por Dios es el varón, luego viene la mujer. Todo se va hilvanando para que el varón esté primero, sea el importante, el poderoso, el que hace y deshace desde hace siglos. Por eso, cuando Dios es visto como varón, “los varones se ven a sí mismo como dioses” y, entonces se sienten con el derecho de decidir sobre las mujeres.
No nos extrañe entonces que, hoy el hombre tenga actitudes de superioridad respecto de las mujeres. Esto está muy arraigado en la cultura de la raza y, si bien es justo que las mujeres posean iguales derechos y oportunidades que los varones, seguramente llevará muchos años hasta que la mente vaya evolucionando. Mientras tanto, nada nos impide que pensemos también en una Diosa Madre, o Divina Madre, que unifica a todos los seres vivientes y todo lo creado.
Oscar Borgobello
DNI 7.999.267