Nacido en Florida en el 2001, el Doga surgió de la mano de Suzi Teitelman, una reconocida profesora de yoga que descubrió esta práctica durante una clase, cuando su cachorrita llamada Coali se quedaba sentada observándola. Más tarde, comenzó a incluir a su perra en las posturas del yoga y se dio cuenta de que el animal disfrutaba de la técnica y se relajaba. Por este motivo, se le ocurrió invitar a sus alumnos con sus mascotas para que pruebaran la nueva dinámica.
El Doga no es lo mismo que el yoga que practicamos los seres humanos con todas sus posturas, sino que tiene como objetivo relajarlos, fortalecer la relación con sus amos y reducir el estrés y la ansiedad.
Está comprobado que como a nosotros, los niveles de estrés muy altos y la soledad ocasionan que un perro pueda desarrollar problemas como: conductas destructivas, agresividad, hiperactividad, fobias, ansiedad por separación, entre otros. La clase dura alrededor de 30 minutos y lo pueden practicar los perros de todas las razas, tamaño o edad, siempre y cuando no sean forzados a hacer movimientos que los perjudiquen o que el animal no desee.
Esta disciplina que ya es furor a nivel mundial (actualmente es una práctica común en ciudades como Atlanta, Boston, San Francisco, Chicago, Miami, Reino Unido y España), pero que todavía no llegó a Argentina, ya se puede ver en internet, libros o por DVD, que la creadora vende alrededor del mundo.
¿Cómo es una clase?
Es importante que el ser humano ya practique yoga desde antes. Se recomienda también que no sea una clase muy numerosa para que los perros no peleen entre sí y, desde ya, que cada dueño debe hacerse responsable de su mascota.
El fin de la práctica del Doga apunta a los mismos efectos que el yoga en humanos (yoga de Hatha); como: bienestar con ejercicios físicos a través de posturas (asanas) y ejercicios de respiración (pranayama).
Las sesiones se basan principalmente en que, con la ayuda de los dueños, el perro realice distintos tipos de postura como: "V" invertida, postura "cachorro", estiramientos hacia la derecha y hacia la izquierda, la pose de la mariposa, etc. (el efecto de relajación se da tanto en los dueños como en los animales).
También se pone música y se les hacen masajes, en especial, detrás de las orejas y en la panza que es donde más los relaja.
Existen muchas técnicas de masaje para perros. Por ejemplo, la denominada Telling Touch. Esta técnica no conlleva conocimientos exhaustivos de la posición de los músculos, lo que hace es que sea muy fácil de aplicar y no exista riesgo de hacer daño al perro.
En las clases de yoga para perros los dueños ayudan a sus mascotas con la realización de versiones de posturas del yoga clásico, como "la pata hacia arriba" que sería el "saludo al sol". Los seres humanos utilizan sus mascotas como una fuerza adicional para sus propios estiramientos. El final de la clase es estirarte junto a tu perro, escuchar la música, cerrar los ojos y acariciarlo. En algunos casos el instructor lee en voz alta un cuento zen.
Ejercicios de esta técnica, para que pruebes
Postura Chaturanga: en la que los perros se encuentran apoyados sobre su estómago, mientras que alguien les acaricia la espalda.
Postura Presidente en la que los perros se sientan sobre sus patas traseras con sus patas delanteras en el aire mientras alguien detrás de ellos los mantiene erguidos.
Postura Savana de relajación en la que los perros se encuentran tumbados sobre la espalda, mientras que alguien les frota su vientre.
Beneficios
Elongaciones musculares
Promueve la circulación e irrigación de la musculatura y articulaciones -provoca una mayor oxigenación, relajación y tranquilidad mental-.
Mejora el funcionamiento de los órganos internos, glándulas, nervios y combate el estrés.
Fomenta la socialización con otros perros y personas.
Favorece la obediencia.
Mejora la respiración de ambos.
Desventajas
Si bien en Estados Unidos existe una certificación oficial de esta práctica, muchos critican que los perros no saben realmente lo que está pasando (al menos al principio de la clase). Ellos pueden ladrar, distraerse y molestar al dueño y a los compañeros participantes. Y la distracción realmente anula el propósito del yoga. También puede pasar que algunos perros incluso, puedan estar simplemente desinteresados por completo por la clase.
Dependerá de cada caso.