Si hay algo que caracteriza a la capital germana, es su poder de transformación constante. En el barrio de Prenzlauer Berg, donde décadas atrás estaba la llamada franja de la muerte que dividía a un Berlín del otro, hoy se canta karaoke, se juega a la pelota y se escuchan bandas en vivo; se compra, se vende y se comen manjares de todas partes. Déjese llevar por las letras y disfrute de un domingo único en Mauerpark.
En días de semana el Mauerpark es un extenso campo verde con algunos sectores más frondosos que otros, donde se divisan personas como salpicadas al azar. El viajero podrá afirmar seguramente, al verlo bostezar un lunes cualquiera, que parques más vistosos o pintorescos hay en Londres, París o -por qué no- en Mendoza, como nuestro Parque General San Martín. Pero no se deje engañar por el escenario que se presenta en días laborables, porque ni los lunes, ni los martes, ni los miércoles, ni ningún día laborable de la semana está hecho para visitar este espacio verde. El Mauerpark es el plan perfecto para un domingo en Berlín. Y si el sol acompaña, prácticamente una obligación.
El séptimo día de la semana, este extenso predio se transforma. Los berlineses acuden a ver espectáculos callejeros (de gran nivel por cierto), escuchar bandas en vivo, cantar (sin importar cuánto se desafine) en el célebre karaoke, hacer barbacoas con sus pequeñas parrillas portátiles y, por supuesto, tomar cerveza.
Aquí se puede pasar de un show de clown, a un recital de cantautor o al set de un DJ, sin tener que caminar grandes distancias y dando lugar a un ecléctico collage como sólo se podría vivir en la capital germana. Y aunque los alemanes tienen fama de estrictos y ordenados, el Mauerpark es una distendida y entretenida postal urbana para disfrutar a ritmo lento el espíritu alegre del berlinés. El plan se completa con dos mercados que se disponen al costado del parque. Uno de pulgas, donde no sólo se ofrecen artículos usados -como muebles, piezas de porcelana, discos y un largo etcétera- sino también nuevos, como ropa o bijouterie. Y otro gastronómico, ideal para quienes gustan de coquetear con nuevos sabores.
Platos típicos de la región como el bratwurst (una versión alemana de nuestro popular chorizo) aunque también manjares de lugares más recónditos como Japón, México o Turquía. Camine con calma y disfrute de un domingo en Mauerpark. No lo olvidará fácilmente.