La AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos) actualizó los montos a partir de los cuales tanto las entidades financieras, como las plataformas de gestión digital deberán informar las transacciones, saldos y consumos de las cuentas de sus clientes.
Así las cosas, para los consumos con tarjetas de débito, tanto del titular como de los adicionales, el nuevo monto mínimo que debe ser informado pasó de $120.000 a $400.000. En el caso de las acreditaciones, extracciones en efectivo y saldos mensuales de todas las cuentas, el monto mínimo que requiere ser informado fue elevado de $200.000 a $700.000.
Según aclararon desde el organismo, esto significa que los movimientos en las cuentas bancarias que no superen este umbral no estarán obligados a ser reportados a la AFIP. La actualización de estos límites pretende reflejar las variaciones inflacionarias y mejorar la transparencia en el sistema financiero.
Estas actualizaciones, alineadas con la inflación, buscan mejorar los regímenes de información y simplificar procesos en beneficio de los contribuyentes. La medida fue oficializada mediante la Resolución General 5512/2024, y su aplicación comenzará el 1 de agosto de 2024.
En caso de superar el límite de transferencias sin justificar establecido por la AFIP en las diferentes billeteras virtuales o aplicaciones de los bancos, los riesgos son variados.
El primero, es que recibas una notificación alertándote sobre la irregularidad detectada en tus movimientos financieros, la que funciona como un aviso preliminar que busca que el contribuyente regularice su situación.
La AFIP, entonces, puede realizar una inspección más profunda para entender la naturaleza de las transferencias. Esto podría incluir la solicitud de documentación adicional que justifique los movimientos de dinero. Si no se proporciona una justificación adecuada, se presume que las transferencias podrían ser el resultado de actividades no declaradas.
En caso de que las transferencias no justificadas sean consideradas como ingresos no declarados, la AFIP podría determinar que debés impuestos adicionales sobre esos montos. Además, se aplicarán multas y, posiblemente, intereses sobre los impuestos no pagados, aumentando significativamente la deuda tributaria.
Otra posible consecuencia es el inicio de un proceso de fiscalización más riguroso sobre todas tus actividades financieras. Esto significa un seguimiento más estricto y continuo por parte de la AFIP, lo que podría limitar tu capacidad para realizar futuras transacciones sin escrutinio previo.