Los datos que dio a conocer el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) con el pronóstico de cosecha para la temporada 2023 desató un tire y afloje sin igual por el porcentaje de uva destinada a la diversificación que incluye el mercado del mosto. La merma ronda el 21% a nivel nacional, pero en el caso específico de Mendoza y San Juan la disminución estimada será del 23% y 14%, respectivamente.
Mendoza dio el puntapié inicial y desde el Ministerio de Economía adelantaron que llevarán a la mesa un pedido concreto: por la situación atípica de este año el porcentaje a diversificación debe ser cero. Esta solicitud que ya se hizo llegar al gobierno sanjuanino está avalada por asociaciones de productores que entienden que no se puede obligar a bodegas y en definitiva a los viñateros a destinar uva para mosto.
Entre los argumentos que esgrimen está la falta de un valor competitivo cuando se habla de uva para mosto. Hoy el precio del mosto está por debajo del blanco escurrido.
No obstante, hay entidades que entienden que un porcentaje mínimo debe quedar establecido, caso contrario se pondría en riesgo el cumplimiento de las obligaciones comerciales. Además, hay un fuerte temor a que crezca de manera desmedida el stock de vino blanco escurrido y derive en el derrumbe del precio.
Mosto 0%, sí
El ministro local de Economía, Enrique Vaquié, le comunicó vía telefónica a su par de San Juan, Ariel Lucero, que Mendoza presentará formalmente en la mesa del acuerdo de diversificación que el porcentaje destinado sea del 0%.
De lado sanjuanino, el gobernador Sergio Uñac adelantó que el acuerdo con Mendoza “será un porcentaje muy bajo o nulo teniendo en cuenta que si le sacamos más aún al sector vitivinícola puede impactar aún más en el precio”.
La postura de bajar a cero el porcentaje de diversificación fue refrendada por entidades que agrupan a productores y también bodegas de ambas provincias.
“Atento a la estimación de la producción de uvas realizada por el INV que indica una significativa merma respecto a la producción de uvas del año 2022 y los limitados stocks de vinos disponibles, exhortamos a los gobiernos provinciales a acordar y firmar una pauta de diversificación que no supere el 0% del total de uvas”, reza un escrito enviado a los gobernadores Uñac y Rodolfo Suárez.
La petición está firmada, desde San Juan por la Cámara de Bodegueros más la Asociación de Viñateros Independientes y la Federación de Viñateros y Productores Agropecuarios. Del lado mendocino se sumaron Bodegas de Argentina, el Centro de Viñateros y Bodegueros del Este y la Asociación de Productores del Oasis Este (Aproem).
Edgardo Roby, presidente de Aproem, afirmó: “No tiene sentido destinar obligatoriamente uva a mosto cuando no hay uva. Pero además decir que se fije en cero el porcentaje de mosto no significa que nadie haga. Aquellas bodegas que quieran hacer mosto lo pueden hacer, pero no es bueno que a un productor lo multen por no destinar uva a mosto, cuando no hay”.
La opinión de Juan José Ramos, presidente de la Asociación de Viñateros Independientes sanjuanina, fue exactamente en la misma línea: “Con el porcentaje en cero no se sanciona a nadie por no diversificar”. Además, el dirigente rural aseguró que al no fijar un piso mínimo de uva destinada a mosto “no hay un mercado cautivo”.
Ramos entiende que el precio de la uva para mosto está por el piso, por debajo del valor del blanco escurrido, por lo que sintetizó su postura en que “los que quieran hacer mosto, que paguen la uva lo mismo que las bodegas que van a hacer vino”.
Cuidado con el sobre stock
Desde la Asociación de Viñateros de Mendoza (AVM), su secretario Matías Manzanares transmitió la visión que tienen sobre el acuerdo Mendoza-San Juan. “Primero, queremos dejar en claro que la ley que rige el acuerdo de diversificación debe seguir vigente”, lanzó de entrada.
A partir de esa definición, Manzanares sostuvo que “ambas provincias deben llegar a un acuerdo, porque si no la ley dice que hay que destinar el 20% y eso es mucho”. Sin embargo, en la entidad sostienen que la cifra de diversificación debería rondar “entre un 10% y 12% como máximo”. El temor es que si no hay uva para mosto “se produzca un sobre stock de blanco escurrido” y la reacción en cadena terminará por desplomar los precios del vino.
Fue similar la reflexión que dejaron desde la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi), pero le agregaron un aspecto más. “Necesitamos mosto para cumplir con el mercado interno y las exportaciones. Argentina consume la mitad del mosto que se exporta a Estados Unidos, lo que no es poca cosa. Además, hay que llegar a un acuerdo, estimamos entre un 8% y 10%, para mantener los stocks de vinos”, dijo Fabian Ruggieri, titular de Acovi.
El productor cooperativista sostiene que el acuerdo “debe existir”, pero en términos razonables. “Si la cosecha es menor que la estimación del INV que se baje el porcentaje. Tiene que ser un algo coherente”, concluyó Ruggeri.