Esta semana comenzó a funcionar un nuevo tipo de cambio, que se aplica a las compras con tarjeta de los turistas extranjeros. La cotización será de $ 292, en lugar de los $ 164 del oficial. Se trata de una medida que apunta a desalentar que los consumos que realizan en el país sean en efectivo, luego de cambiar en el mercado paralelo, y que, en cambio, esos dólares queden en el sistema financiero. Es la tercera iniciativa que el Gobierno nacional implementa con esta finalidad.
Hasta ahora, si el visitante del exterior usaba su tarjeta de crédito para pagar por un menú ejecutivo de $ 2.100, le cargaban casi U$S 13 (al tipo de cambio oficial, de $ 164); en cambio, a partir del viernes, le significará la posibilidad de almorzar una entrada, un plato principal y una copa de vino o bebida sin alcohol por U$S 7 (con el dólar de $292).
Esto busca desalentar que los turistas traigan moneda extranjera y vayan a las “cuevas” o busquen un “arbolito” -algo que desde el mismo sector turístico les recomendaban en muchos casos- para lograr que su dinero les rindiera casi el doble que si utilizaban la tarjeta de crédito. Pese a eso, desde distintos sectores dudan de la eficacia que pueda tener la medida.
Cinthya, de una tienda de indumentaria sobre calle San Martín, comentó que los chilenos y brasileros usan tanto la tarjeta como el efectivo. De hecho, en ocasiones llegan al local con el fajo de billetes que acaban de cambiar con alguna de las personas que se encuentran en las veredas céntricas. En cambio, los que llegan de Europa o Estados Unidos casi siempre optan por el plástico, porque en el local no aceptan dólares.
Juan Pablo, de un negocio de ropa para montaña en Peatonal, consideró que el tipo de cambio turista extranjero no les va a impactar, porque ellos reciben el dólar a $ 280. Tanto el brasilero como el chileno, indicó, traen esa moneda; aunque el primero tiende a pedir una rebaja. En cambio, el europeo que viene para la temporada paga en dólares o euros y sólo pide que le den el cambio en pesos, para poder pagar en los restaurantes.
Sin embargo, las situaciones son diversas. Nathan, un visitante del Reino Unido que estaba tomando un café en la Peatonal, estaba al tanto de la nueva cotización. Contó que en setiembre inició un viaje de tres meses por la Argentina y que, después de estar seis semanas en Buenos Aires estudiando el idioma, llegó a Mendoza, para quedarse hasta fines de noviembre. Como el tiempo de viaje es extenso, no podía traer dólares y viene utilizando el servicio de Western Union. Pero esto le demanda, explicó, acudir en ciertos horarios, hacer cola y luego llevar los billetes, por lo que tenía planeado empezar a usar la tarjeta en cuanto pudiera.
Más formalidad
Edmundo Day, vicepresidente de Aehga (Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines de Mendoza), señaló que consideran buena la medida, porque es una forma de brindarle formalidad a la economía, ya que, al ser tan grande la brecha entre los tipos de cambio, pone en una situación incómoda a los viajeros, que deben ir a cambiar esos dólares a lugares que para ellos son extraños. Y por otro lado, el Gobierno obtiene esas divisas que tanto necesita.
Asimismo, planteó que esto muestra que sigue la devaluación en cuotas, que refleja el verdadero valor del dólar y que ahora beneficia al turismo. Pero también señaló que es difícil explicar esto a los visitantes, ya que no están siguiendo todo el tiempo la coyuntura argentina, que es tan “vertiginosa”.
En cuanto a cómo pagan hoy los turistas extranjeros, Day indicó que, al ser tan amplia la diferencia, muchos tratan de pagar en efectivo lo más que pueden, pero que también hay otros que no se animan a cambiar dólares o no están acostumbrados a viajar con billetes; en especial las personas de más edad.
Impacto en la economía
El economista José Vargas, de la consultora Evaluecon, consideró que la implementación del nuevo dólar para los turistas extranjeros que utilicen tarjeta tendrá un impacto nulo en la economía y que lo mismo sucederá con las reservas del Banco Central, ya que la entidad no interviene en la operatoria en forma directa. En cambio, el mecanismo será bastante engorroso para las tarjetas.
Al momento de anunciar la medida, el miércoles, desde el Ministerio de Economía detallaron que, en lo que va de 2022, el turismo extranjero gastó unos U$S 2.500 millones en el país, pero apenas el 15% de ese total -aproximadamente unos U$S 500 millones- pasó a formar parte de las reservas del Banco Central.
Sin embargo, Vargas advierte que el funcionamiento de este sistema prevé que las tarjetas de crédito liquiden las divisas a través del mercado financiero, para poder reconocerle al cliente un tipo de cambio más cercano a los $ 300, ya que se aplica la cotización del MEP (o dólar Bolsa). Esto implica que las reservas netas del Central no van a aumentar, pero el Gobierno nacional supone que, al entrar en el circuito financiero, habrá un incremento de los depósitos en moneda extranjera y, como las entidades bancarias lo depositan a su vez en el Banco Central, estos dólares se contabilizan como reservas brutas.
Desde otro punto de vista, resaltó que puede mejorar la situación para el turista, que no se verá obligado a ir a las cuevas si quiere conseguir una cotización mucho mejor que el oficial. Pero estimó poco probable que el visitante vaya a utilizar la tarjeta de modo masivo y que es de esperar que siga recurriendo al efectivo.
Nicolás Aroma, economista asesor del PJ, sumó que el objetivo de la medida es defender el nivel de reservas durante el verano, ya que el año pasado, el turismo generó un décifit de más de U$S 6 millones (por los argentinos que viajaron al exterior). Y se espera que la cosecha gruesa recién empiece a traer dólares al país a partir de marzo. Como el problema es que hasta ese momento se espera que salgan más dólares de los que entran, en lugar de poner un nuevo cepo a las compras, se intenta alentar la liquidación, para aumentar la oferta.
Se debe recordar, de todos modos, que recientemente se implementó el dólar Qatar, que implica sumar un 100% de impuestos (45% de adelanto de Ganancias, 30% del impuesto PAIS y 25% a cuenta de Bienes Personales) a los pagos con tarjeta que realicen los argentinos en el exterior y que superen los U$S 300. Esto tenía como objetivo desalentar las compras en otros países y los viajes al extranjero.
Aroma señaló que, hasta ahora, es marginal el ingreso de dólares de los visitantes extranjeros, ya que no supera el 15% del total de divisas que mueve el turismo receptivo internacional. Y si bien indicó que, de funcionar, la medida podría hacer crecer las reservas brutas, porque impactará en el nivel de depósito, coincidió en que no tendrá efecto sobre las reservas netas del Banco Central, ya que la entidad no interviene en el mecanismo.
De todos modos, reconoció que es difícil saber si resultará efectiva, ya que es la tercera medida que implementa el Gobierno nacional para lograr que las divisas que traen los turistas foráneos vayan al mercado formal. Hace un año, El Banco Central creó las cajas de ahorro especiales para turistas extranjeros, para que transfirieran dólares y pudieran retirar pesos, pero no tuvo éxito. Y en julio de este año, se ofreció que los visitantes foráneos pudieran ir a los bancos a cambiar al valor MEP, pero tampoco funcionó.