Las cafererías son parte del paisaje cotidiano que viven los mendocinos, pero más allá de la explosión de la oferta que ha impulsado la gastronomía con la irrupción del café de especialidad, la industria cafetera en argentina enfrenta un aumento drástico en sus precios y desafíos en el abastecimiento de grano debido a las trabas de importación y a la escasez de dólares para el pago del producto al exterior.
Desde hace dos semanas el café dejó de ser considerado como un producto escencial y sufrió incrementos de más del 100%. Esto también impactará en el valor del pocillo al consumidor aunque desde el sector gastronómico intentan amorigerar las subas los proveedores señalan que es probable que el costo del café se dispare a corto plazo.
Luis García, de Café Cumbal, mostró preocupación por la situación actual que atraviesa la industria y explicó que el problema de abastecimiento “comenzó el año pasado, pero mes a mes se fue intensificando. Los stocks de café han bajado y el inconveniente es que, al haber faltante de dólares, el gobierno nacional no autoriza los permisos de importación. Otro inconveniente que está teniendo la industria es que no se pueden realizar los giros de dinero para pagar al exterior”.
El café en Argentina es 100% importado y proviene principalmente de países como Brasil, Colombia y de Ecuador. A pesar de que los argentinos consumen aproximadamente 1 kilogramo de café per cápita al año, el futuro de las cafeterías de especialidad se presenta incierto, con una industria que lucha por adaptarse a esta nueva realidad. Leandro Faramiñán, de Fran Coffee Makers, señaló que “esto impacta directamente en nuestros costos. Porque antes, cuando le pagábamos a los grandes importadores, lo hacíamos al valor del dólar oficial y, tras la aplicación de esta medida, ahora lo pagamos al valor del dólar de mercado”.
Un impacto no deseado
Hace dos semanas el café dejó de figurar en la lista de productos esenciales en Argentina, lo que provocó una serie de cambios en las condiciones de compra y también preocupación entre los comerciantes sobre el futuro de las cafeterías. Los importadores ahora deben pagar el café verde según el valor del dólar en ese momento, una situación que detonó en un incremento del 160% en los precios del café. Un producto que solía costar $ 8.000 por kilo ahora tiene un precio superior a los $ 20.000.
El problema principal al que se enfrenta la industria es la dificultad para importar café debido a la falta de dólares. García señaló que “los inventarios de café en Argentina han disminuido drásticamente. Además, las autoridades no están autorizando las Sirase, que son los certificados de importación necesarios para traer café desde el exterior”. Faramiñán, por su parte agregó: “nosotros, por ejemplo, teníamos a mano entre 20 o 30 variedades para comprar café y ahora hay cinco. Ha bajado muchísimo la cantidad. Lamentablemente”.
Cuando se le preguntó sobre la importación de café, García mencionó que anteriormente trabajaban con importaciones directas, pero dadas las dificultades actuales, han tenido que recurrir a intermediarios que representan a exportadores brasileños en Argentina. A pesar de sus esfuerzos de la cadena comercial por aplazar o promediar los aumentos de precios para aliviar el impacto en el sector gastronómico, es probable que el costo del café se dispare a corto plazo.
Hacia el último eslabón
Esta combinación de factores ha llevado a un aumento mayor al 100% en el precio del café; un escenario que como resultado podría llevar el precio de un pocillo a los $ 1.000 destacan desde Cumbal. Vale recordar que, en una carta de un reconocido local céntrico, el café chico tenía un valor de $ 556 en octubre.
Sobre el impacto en precios al cliente, desde Fran Coffee Makers comentaron que aproximadamente un latte que antes tenía un valor de $ 1.200 ahora tiene un costo al público de $ 1.600. Señalan que el aumento de la demanda es estacional y que los precios vuelven a equilibrarse en los meses de menor demanda. “La gente ya está acostumbrada a estas cosas, ya sabe qué pasa. De todas maneras, todo tiende a mejorar en los meses donde se consumen menos café”, puntualizó Faramiñán.
Leandro Fusari, de Modesto Godoy, contó que hace meses que sufren trabas para la importación, y que en este último tiempo “no te dejan girar al dólar oficial, entonces eso genera un problema, porque no le podemos pagar a nuestros proveedores en Colombia y Brasil”. El gastronómico explicó que “es mercadería que vendemos sin saber a cuánto lo vamos a pagar. Por eso lo que han hecho tanto los importadores como por ahí nosotros, que tenemos el acceso directo a eso, es manejar un dólar MEP, de 860 pesos por dólar”.
Ajustar la rentabilidad
“En la mayoría de los casos se han duplicado los precios, y en otros casos, un poco menos graves, hubo un aumento de por lo menos un 50%”, destacó Fusari. Aclarando que “estamos en una situación muy compleja, porque el cliente tiene menos plata disponible para gastar, y nosotros no podemos vender al precio que deberíamos vender, entonces la rentabilidad es más chica, las ventas son más chicas, y los costos son más altos. O sea, es el peor panorama de un restaurante”.
Por su parte, Juan Amulphi, administrador de varios cafés del centro, comentó que con esta situación “principalmente en las últimas tres semanas, algunas empresas de café se vieron un poco desbordadas por lo que se podía venir y tuvieron un aumento muy fuerte, incluso por arriba de un 130%, por lo que yo dejé de comprarles de manera inmediata”.
Amulphi, responsable entre otros de “Posible, café con amor puro”, concluyó: “hice una compra anticipada de muchos granos de café como para copiar un mes de mercadería, tampoco es mucho más. Así que hoy que está todo bastante más normalizado, los precios se han equilibrado, entre un 15 y un 20% aumento, y están entregando café y todo ha vuelto un poco a la normalidad”.
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