El presidente Alberto Fernández volvió a rechazar este miércoles las crecientes críticas contra su Gobierno y a descalificar a quienes participaron de los multitudinarios banderazos, pero además descartó la posibilidad de que se instale otro “corralito” por la crisis cambiaria y advirtió que el país necesita “recuperar la convivencia democrática” para superar la recesión económica y avanzar.
El jefe de Estado lanzó todas esas definiciones al participar en la apertura del 56° Coloquio de IDEA, un evento que reúne a los principales empresarios del país y en el que se renovaron los reclamos del sector para “abrir posibilidades, tener calidad institucional, una Justicia eficiente e independiente, competitividad, integración social y una mejora educativa realmente federal”.
“Nosotros tenemos que recuperar la convivencia democrática. Es algo que hace muchos años hemos perdido. El mayor flagelo que padece la convivencia democrática es la intolerancia, la descalificación del otro por no ser o pensar como uno. Eso nos ha llevado a la Argentina dividida que no tira para el mismo lado y esa Argentina solo trae problemas”, planteó Fernández.
Con un extenso discurso, el Presidente rechazó los renovados reclamos de los empresarios, que incluso se escucharon antes de su exposición y que los expresó el presidente de IBM en la Argentina, Roberto Alexander, quien este año está a cargo del coloquio.
Con sutileza, Alexander se ocupó de replicar las críticas del oficialismo contra la denominada “meritocracia” y recordó que es descendiente de inmigrantes, y pidió que se adopten las medidas necesarias para evitar que las nuevas generaciones quieran irse del país.
“El país que queremos ser necesita abrir posibilidades, tener calidad institucional, una Justicia eficiente e independiente, competitividad, integración social, una mejora educativa realmente federal para que el lugar que nos toca nacer no determine no solo nuestro presente sino también nuestro futuro”, pidió.
Seguido, resumió todos sus reclamos al sentenciar: “No quiero una Argentina cancelada”.
Inmediatamente después tomó la palabra Alberto Fernández, que además de repasar el complicado escenario de la herencia que recibió de la administración de Mauricio Macri, recordó que el camino de su gobierno se agravó con la llegada de la pandemia del coronavirus.
“Tuvimos que volcar todo nuestro esfuerzo a garantizar que en la Argentina nadie se quedara sin atención sanitaria”, puntualizó en medio de constantes críticas contra las políticas de Cambiemos y referencias para justificar la cuestionada cuarentena.
También, aunque sin mencionarla, apuntó contra la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, quien mantiene una buena sintonía con el sector empresarial. “Tuvimos un gobierno en la provincia de Buenos Aires que hacía gala de no abrir hospitales”, lamentó.
En su llamado para restablecer la convivencia, Fernández volvió a referirse a los crecientes banderazos contra su Gobierno. Al respecto, el primer mandatario volvió a repudiar las marchas frente a los domicilios del juez de la Corte Suprema de Justicia Ricardo Lorenzetti, de la vicepresidenta Cristina Kirchner y también aquellas frente a la Residencia de Olivos.
Agregó que esas movilizaciones estuvieron “repletas de agresión, de insultos y maltratos” y advirtió: “Ese país no funciona más”.
Incluso Fernández rechazó las quejas por la cuestión judicial y justificó sus gestiones para anular el traslado de los jueces Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi y Germán Castelli, cuestión que ahora analiza la Corte Suprema de Justicia.
“Cuando planteamos ciertas cosas vinculadas a la Justicia y a la calidad institucional, no estamos haciendo para buscar la impunidad de nadie, para beneficiarnos con algo de eso, estamos proponiendo esas cosas para que la Argentina recupere una justicia que se ha perdido”, defendió.
Aseguró que su interés es que “la calidad institucional funcione a pleno”. “Creo realmente en la democracia y en el sistema republicano y por eso exijo que las instituciones se construyan en función de las pautas que la Constitución Nacional fija”, insistió.
Y en la antesala del pronunciamiento de la Corte sobre la cuestión de los jueces, Fernández advirtió: “Lo único imperdonable es seguir haciendo las cosas mal y lo más imperdonable es que la Justicia legitime las malas prácticas porque ahí sí quedamos en el peor de los mundos”.
Dólar y telecomunicaciones
Fernández también se pronunció respecto a la preocupante crisis cambiaria y la constante presión sobre las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA), situación que también vinculó con la herencia de Cambiemos.
“Hoy mismo estamos enfrentando un problema por la falta de divisas que objetivamente heredamos por una desconfianza que se crea porque se repiten cosas que objetivamente no son ciertas. Desde los que plantean que se viene una devaluación hasta los que plantean que podríamos quedarnos con los depósitos de la gente. Jamás haría semejante cosa”, remarcó.
El Jefe de Estado indicó que para superar la situación se necesita una “Argentina que crezca con confianza” “que los empresarios, de una vez y para siempre, entiendan que tenemos que trabajar juntos para desarrollar a la Argentina y que el desarrollo no se da sin reglas claras que fije el Estado”.
“Tenemos que trabajar juntos para poder encontrar la salida y tenemos muchísimas posibilidades de salir porque la Argentina las ofrece y porque el contexto para invertir es favorable”, insistió.
Fernández aprovechó además para rechazar las críticas del sector empresarial contra el decreto que firmó en agosto pasado para intervenir el sector de las telecomunicaciones y declarar la actividad como servicio público.
“Cuando dispusimos convertir en servicios públicos a la telefonía celular, a la televisión por cable y a internet, lo hicimos solamente porque la realidad así lo exigía, porque en la Argentina hay 65 millones de celulares y 44 millones de habitantes. ¿A ustedes les parece que eso no es un servicio público? Porque el 80 por ciento de los hogares recibe su televisión por cable. ¿A ustedes no les parece que eso es un servicio público? Porque internet y el desarrollo de la banda ancha es una necesidad absoluta para el desarrollo argentino y el conocimiento de nuestros chicos. ¿A ustedes les parece que eso no es un servicio público?”, replicó.
Fernández aclaró que “nadie tomó la medida para complicar la vida de nadie” sino que se hizo para “abrir un mercado que por mucho tiempo estuvo, por decisión políticas, cerrado y protegido”.
“Un capitalismo sin mercado solo sirve a unos pocos y perjudica a muchos y no creo en ese capitalismo, creo en un capitalismo donde la competencia exista”, justificó.
El Plan Gas y la Obra Pública como el gran motorizador
El Presidente adelantó que anunciará el Plan Gas en los próximos días en el yacimiento neuquino de Vaca Muerta, y aseguró que esta iniciativa “va a generar mucha inversión y empleo”.
“Tenemos siempre nuestros recursos hidrocarburíferos. En los próximos días en Vaca Muerta vamos a estar anunciando el Plan Gas, que seguramente va a generar mucha inversión en esa zona y en la Argentina, y va a dar trabajo”, afirmó.
Al respecto, subrayó que “allí tenemos un potencial enorme de producción que nos garantice el gas que necesitamos, y que hasta tengamos excedentes exportables”.
El Plan Gas es un programa de estímulo para que las empresas hidrocarburíferas reactiven la producción de gas, y que si bien fue largamente debatido con el sector en los últimos meses, aún no pudo ser anunciado.
Fernádnez también dijo que la gran apuesta es que la obra pública sea “el gran motorizador de la economía”. “Queremos convertir a la construcción en una gran oportunidad de inversión y a la obra pública como un gran motor de la economía”, remarcó.