El Gobierno tuvo este miércoles la primera reunión de Gabinete con Sergio Massa en la mesa. El ministro de Economía describió los frentes abiertos que más le preocupan. Y las reservas se llevaron gran parte del discurso, por la necesidad imperiosa que hay de sumar dólares.
En la reunión estuvo el presidente Alberto Fernández, quien dio su respaldo para avanzar con nuevas medidas. Pero el protagonista fue Massa, porque ahora tiene el sartén de la economía por el mango y el aceite no deja de hervir.
Si se miran las reservas brutas del Banco Central, el número es de 37.067 millones de dólares. Desde que asumió Fernández, ese stock perdió 6.718 millones de dólares. En el medio, claro, se les fue dando salida a los fondos de inversión extranjeros que habían quedado atrapados tras desembarcar con dólares para hacer carry trade por las tasas en pesos que pagaba el macrismo.
Pero al desglosar la cuenta, la alarma se enciende. El Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social (GERES) hizo cálculos. Al 31 de julio, las reservas netas se ubicaron en apenas 3.974 millones de dólares. Pero las líquidas (billetes) fueron negativas en 4.429 millones de dólares. Por otro lado, había 3.502 millones correspondientes a oro y 4.900 millones en Derechos Especiales de Giro del FMI.
Si se mira para atrás, este es el peor momento de las reservas internacionales al menos desde 2015. “Se está utilizando el swap chino”, fue la frase con la que Miguel Pesce, presidente del Banco Central, reconfirmó el grave cuadro de situación.
En paralelo, según un análisis de la Fundación Libertad y Progreso (LyP), Fernández es el presidente en cuyo mandato (primeros 32 meses) más dólares liquidó el agro: desde diciembre de 2019, el sector de oleaginosas y cereales ingresó 77.087 millones de dólares.
“Lo que señalan estos números es que la escasez de dólares está dada por el cepo, que desincentiva venderle dólares al no pagar un valor real en el sentido de lo que realmente el BCRA está depreciando la moneda, para cobrarnos impuesto inflacionario, transferirlo al Gobierno para que solvente el exceso de gasto”, dijo Aldo Abram, director de LyP.
Qué pasa con los depósitos
Desde que se inició agosto, el Banco Central llevaba vendidos hasta el martes unos 823 millones de dólares en el mercado. El 80% de esas ventas fueron destinadas a las empresas importadoras de energía, señalaron fuentes de la entidad rectora. El miércoles la autoridad monetaria compró 15 millones, por primera vez en la era Massa.
¿De dónde venía sacando el Central los dólares para vender si está en negativo? Diana Mondino, economista y directora de relaciones institucionales y profesora de finanzas de la Universidad CEMA, ensaya una respuesta: “Se está utilizando los encajes de los bancos”, dijo en el canal de noticias TN.
Eso configuraría un escenario muy complejo, dado que los encajes son nada más y nada menos que los depósitos de los ahorristas. En el Central lo niegan tajantemente. En paralelo, sigue la salida de depósitos en dólares del sector privado. Desde el 1 de julio, día previo a la renuncia de Martín Guzmán en Economía, los ahorristas sacaron de los bancos unos 760 millones de dólares y los depósitos bajaron de 15.565 a 14.805 millones.
La preocupación por la situación de las reservas fue planteada por Massa ante el presidente y sus pares del Gabinete. Y confirmó que si bien habrá medidas de corte social (para jubilados), también habrá otras para incentivar la liquidación de divisas.
En una conferencia de prensa posterior a la reunión, Manzur dijo que Massa y su equipo están “evaluando múltiples medidas” que tienen que ver con “el nivel de reservas extranjeras de la Argentina”. Pesce no estuvo en la reunión de este miércoles en Casa Rosada. Sí estuvo el secretario de Hacienda, Raúl Rigo, mientras se espera que el ministro de Economía nombre a su viceministro, un puesto clave y que el mercado espera con ansiedad después del frustrado desembarco del economista Gabriel Rubinstein.
“Obviamente que lo vemos a diario y que nos preocupa el nivel de reservas en moneda extranjera que hoy tiene la Argentina”, se sinceró Manzur. Y ratificó la idea de que el mes que viene habrá una descompresión por el abrupto descenso que habrá en importaciones de energía.
Massa habló al mediodía en un acto en la localidad bonaerense de Salliqueló. Allí, junto a Fernández, puso en marcha la firma de contratos para la construcción del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner. El ministro describió el escenario global energético, dijo que los precios se duplicaron hasta por diez y lamentó que el macrismo y el gobierno actual no hayan hecho antes el gasoducto que unirá Vaca Muerta con Buenos Aires.
No obstante, defendió la decisión oficial de privilegiar la compra de energía para evitar el frenazo de la economía en desmedro de las reservas. “Gobernar es tomar decisiones”, enfatizó. “Nuestra decisión fue soltar un poquito de reservas pero garantizarles a los argentinos que pudieran tener calefacción en casa y las máquinas de las empresas funcionando”, afirmó.
Massa afirmó que el Estado se hubiera ahorrado 4.100 millones de dólares este año si el gasoducto planificado por el Gobierno de Cristina Kirchner se hubiera hecho. Ahora, si la obra es entregada en tiempo y forma por las concesionarias, Argentina va a ahorrar entre 1.300 y 2.200 millones de dólares de importación desde 2023, dijo.
Manzur había hincapié también en las exigencias que genera la importación de energía. “El ministro está trabajando también en ver de qué manera se acelera la liquidación de divisas”, comentó, para tranquilizar en torno a la necesidad de sumar reservas en forma urgente. Y añadió: “Se está trabajando en múltiples acciones y capítulos para lograr en poco tiempo más una estabilización de la macroeconomía. Mientras tanto, el Estado tiene que cumplir con su rol de proteger a los sectores más vulnerables”.