A fines de noviembre, la Federación Económica de Mendoza (FEM) realizó sus elecciones para nombrar a un nuevo presidente por un mandato de dos años. El elegido fue Alfredo Cecchi, un productor olivícola de San Carlos que, con su empresa Aceite del Valle, exporta a Estados Unidos y otros países. Siendo también titular de la Federación Argentina de Parques Industriales (FAPI), Cecchi considera que la pandemia puso en evidencia varios problemas estructurales y cree que la FEM pude ser un paraguas corporativo que ayude a las pymes.
-¿Qué desafíos tiene como nuevo presidente de la FEM?
-Asumí con un desafío muy importante: yo creo que la post pandemia va a ser durísima. Mirando con objetividad las características del país, ésta va a ser una época sin crédito, con condiciones paupérrimas para la inversión externa, con una ley financiera destinada más a la especulación que a la producción y con un único proveedor de recursos que va a ser el Estado nacional.
Yo con este panorama decidí asumir la dirigencia de la FEM para cuidar a las pymes de Mendoza. Una pyme no tiene equipo jurídico, ni técnico ni contable para hacer frente a las enormes presiones que vienen de todos lados. La idea es transformar a la FEM en el paraguas corporativo que las pymes necesitan.
-¿Cómo planea lograr este objetivo?
-Tenemos una buena relación con CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) y entendemos que va a establecer un diálogo importante con el Gobierno nacional. Creemos que la FEM debe ampliar su rol y bajar recursos, no digo financieros sino institucionales. Hablamos de la organización de las cámaras, de las empresas, dar capacitaciones administrativas, de crédito, tecnológicas. Tenemos que estar ligados a la tecnología y a la organización.
La pandemia ha puesto muy a flor de piel los pro y los contra que teníamos. Las nuevas formas de comercialización van a traer cambios que ya se están advirtiendo y la FEM tiene que acompañar ese movimiento.
-¿Qué aspectos considera que la pandemia ha sacado a la luz?
Lo primero que ha puesto en evidencia es la inviabilidad del sistema impositivo argentino, del costo laboral. Es más difícil agregar valor que vender materia en estado bruto. La estructura impositiva tiene una presión tan grande, que cada paso que uno da para agregar valor, tiene costos. Esto lo hace inviable y nos está reprimarizando; es un contrasentido.
Otra cosa que se ha visto es el cuentapropismo, la informalidad. La mayor parte de verdulerías y kioscos están en la informalidad, porque les resulta imposible moverse a un lugar blanco. Las trabas para blanquear el trabajo hacen que muchos se muevan hacia la informalidad. No hay estímulos ni posibilidad económica para hacerlo.
El Covid ha puesto esto en crisis, porque no es nuevo que la presión impositiva sea fuerte. Lo expuso, por ejemplo, con empresas que no podían producir pero igual debían pagar impuestos.
-¿Qué sectores ve más vulnerables en la provincia? ¿Cuáles han quedado mejor posicionados?
-Los sectores de comercio, hotelería y turismo han sido golpeados fuertemente. Veremos si a partir de la vacuna y del regreso de los viajes esto se puede revertir de alguna manera, pero, de momento, estos sectores siguen casi sumergidos.
Toda la economía se ha contraído, pero los que menos han sufrido son la agroindustria, que ha podido seguir trabajando, y el sector vitivinícola, que pudo levantar la cosecha y creció el consumo interno de vino. Eso no significa que estén bien, porque la caída de precios y de exportaciones se ha dado a nivel global.
-¿Cuáles son sus planes para la FEM en este mandato?
-Nosotros vamos a ser un paraguas corporativo. Vamos a ofrecer institucionalidad y canalizar la mayor cantidad de beneficios posibles de la Nación. Queremos ser canales de diálogo a través de nuestra entidad madre que es CAME. Hay muchas líneas que van desde construcción hasta microempresas y creemos que podemos ayudar a canalizar estos recursos. Vamos a tratar de ponernos codo a codo con el Gobierno provincial, para canalizar la mayor cantidad posible.
-¿Qué oportunidades de exportación ve para Mendoza?
-Mendoza en la industria del software tiene preponderancia a nivel nacional, ha marcado un camino y hay que acompañar. En ese sentido, el paquete tecnológico enviado por el gobierno provincial es muy auspicioso: está la ley para crear la Agencia Mendocina de Innovación, Ciencia y Tecnología; la ley de Fomento de emprendedores y la ley de Economía del Conocimiento. Esto es central. Me parece que Mendoza tiene buenas condiciones y hay que potenciarlo.
Por otro lado, Mendoza está transformando su fruticultura y adecuándose a los cambios nuevos. Los frutos secos tienen importantes emprendimientos y van a poder sumar más. Con la ciruela seca también me parece que se puede trabajar mucho. Respecto del ajo, hay una cantidad importante de exportaciones y se está diversificando. Mucho tiempo hemos sido cautivos de Brasil y ahora vamos ganando otros mercados.
-Como titular de la Federación Argentina de Parques Industriales, ¿qué llevará de esa experiencia a la FEM?
Estar en una entidad nacional me ha permitido dos cosas. En primer lugar, ver que Argentina no es una sola y que necesitamos pensar en una regionalización que respete cada una de las economías regionales, que en general tienen que ver cada una con la agroindustria y las producciones locales. Necesitamos regionalizar el sistema impositivo, el sistema logístico y los convenios laborales. Cada región tiene características propias y hay que atenderlas.
Lo segundo es que el concepto de Parque Industrial como lugar geográfico ha sido trascendido por el de Asociatividad. Una empresa que se instala en un parque nota que sus costos en seguridad bajan enormemente, y después ve otras ventajas como generar energía, reciclar o hacer cuestiones administrativas en conjunto. La asociatividad, el trabajar en conjunto, en equipo, es lo que se viene dando en el mundo. Esa actitud se verá muy reflejada en la FEM.