Un informe de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) muestra que la baja competitividad, confiabilidad y consistencia institucional de Argentina han provocado una pérdida de empresas exportadoras, una privatización de la canasta exportadora y una caída de la participación de Argentina en el comercio internacional (llegando a solo 0,34 % del comercio en 2022). Esto equivale a una pérdida anual para 2022 de US$ 32.000 millones respecto de solo haber mantenido su participación.
En 2023, suman, el sesgo anti exportador se agrava producto de la aplicación de CEF / SIRA / Sirase y restricciones de cantidad y de capital. La inversión extranjera directa en la componente aportes de capital llega a su mínimo histórico. Todo esto resulta en una pérdida adicional de US$ 12.000 millones de exportación que se suman al efecto negativo de la sequía (US$ 17.000 millones menos), llevando la participación argentina a menos del 0,25%.
CERA, institución con 80 años dedicados a la promoción de las exportaciones nacionales, propone una estrategia nacional exportadora de más de 140 medidas en 6 ejes -relacionamiento externo, impuestos y restricciones, facilitación del comercio, logística, financiamiento, inteligencia y promoción comercial- para permitir crecer desde el sector externo, brindando trabajo y desarrollo.
Esto, ya que en los últimos 16 años, las cantidades exportadas por Argentina se encuentran estancadas, aún en un contexto de aumento del comercio internacional, y más allá del signo político de los distintos gobiernos, de la evolución económica en el período y de la introducción de distintos planes productivos y exportadores.
El número de empresas que vende al exterior se redujo en 1/3 en los últimos 15 años, con una preocupante baja en la tasa de natalidad de exportadores. Asimismo, la participación de las pymes en la exportación ha caído al 7%, el valor mínimo de la última década, mientras que en los países en desarrollo representan en promedio el 18% de las ventas externas.
La canasta exportadora argentina exhibe un alto componente de bienes primarios, careciendo de la complejidad económica suficiente para alcanzar los objetivos de empleo y desarrollo.
A lo largo de los años, el país ha perdido participación en el comercio internacional, pasando del 0,52% en 1998 al 0,34% en la actualidad, lejos de la percepción de “granero” o “supermercado” del mundo. A su vez, Argentina ha perdido participación en las importaciones de Brasil, su principal socio comercial (del 14% en 1996 al 5% en 2022).
“Desde CERA, entendemos que, además del equilibrio macroeconómico y fiscal, y un entorno productivo favorable, Argentina necesita una visión a largo plazo que trascienda las políticas coyunturales para ordenar el crecimiento a través del sector externo a nivel país. No un plan coyuntural, sino una Estrategia Nacional Exportadora y se basa en diagnósticos reales e indicadores objetivos de fuentes confiables, no de expresiones voluntarista”, comentó Fernando Landa, presidente de CERA.
La Estrategia Nacional Exportadora aborda cuestiones como la situación geopolítica actual, el futuro del Mercosur, el acuerdo Mercosur-UE, propuestas de negociaciones a nivel Mercosur y bilateral, alineamientos en ámbitos multilaterales, retenciones, restricciones cambiarias, medidas de facilitación del comercio, institucionalidad y transparencia, Puerto de Buenos Aires, Hidrovía y VNT, y opciones de financiamiento y promoción comercial.
Asimismo, desde CERA enfatizaron la importancia de establecer la Estrategia Nacional Exportadora desde la máxima instancia de la Presidencia por dos razones fundamentales. En primer lugar, requiere de una perspectiva integral de gobierno que incluya objetivos claros, metas definidas, asignación de responsabilidades, seguimiento de acciones y una coordinación efectiva de los diálogos con el sector privado. Este enfoque garantizará una ejecución eficiente y una alineación precisa con los intereses nacionales en materia de exportación.
En segundo, por ser esencial optimizar la coordinación entre diversas áreas y agencias gubernamentales que, aunque no tengan exportación como su único objetivo, desempeñan un papel fundamental en la actividad exportadora. Esto incluye a instancias como la Jefatura de Gabinete Económico, Cancillería, Salud, Producción, Agroindustria, Ambiente y Desarrollo Sustentable, Transporte e Infraestructura, Ciencia y Tecnología, entre otras. De esta manera, se evitará la atomización y la descoordinación entre agencias.
“Confiamos en que una mayor comprensión de los desafíos que afronta nuestro país y la adecuada ejecución de la Estrategia Nacional Exportadora contribuirán al crecimiento económico, la generación de empleo y el progreso en este nuevo período democrático.” concluyó Landa.