Las petroleras trasladarán esta semana el aumento de los impuestos a los combustibles, que tendrá efecto desde mañana.
De esta manera, las naftas aumentarán $ 0,83 y el gasoil $ 0,81 por litro, con lo que la suba será de hasta 1,3% en los líquidos que vende YPF en la Ciudad de Buenos Aires (y un poco menor en términos porcentuales en las marcas con precios un tanto más altos).
Hasta el cierre de esta edición, en YPF hablaban únicamente de un traslado de este incremento impositivo, sin acompañar con un alza del producto en sí, como sucedió entre agosto y noviembre, a mediados de cada uno de esos cuatro meses.
El Gobierno, con decisión en la petrolera a través de la participación del 51% del Estado Nacional, busca calmarlos precios en el cierre del año.
No obstante, puede haber novedades hasta último momento e incluso después de que este miércoles se concrete el aumento en el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC) -debido a la inflación acumulada en el segundo trimestre-, cuyos subtotales están desgravados en un 12% por el uso de bioetanol en las naftas y en un 10% por el biodiesel en el gasoil.
En el sector privado hay quienes hablan de una suba de 2% al 6% para recomponer márgenes de refinación que, aseguran en las empresas, quedaron otra vez desfasados con la depreciación del peso frente al dólar y el aumento del petróleo Brent, que se acomodó en los u$s 50 por barril.
El CEO de YPF, Sergio Affronti, indicó hace algunos meses que tenía un “objetivo de precio” a alcanzar a fines de diciembre, pero que no especificó.
Luego del desplome de la actividad por la pandemia del coronavirus, logró bajar un 30% los costos, con el apoyo de los sindicatos.
Hacia adelante, la meta de la petrolera estatal es continuar la recuperación de las ventas de combustibles (hoy están un 20% por debajo de los niveles pre-pandemia), un segmento que explica el 80% de los ingresos de la firma.
“El porcentaje treparía a 20% acumulado en el año, un dato que las petroleras utilizan para rebatir el argumento de que la suba de los combustibles contribuye a la inflación, que cerrará en 36% o 37%”.
Otro objetivo que se trazaron fue el de emparejar los precios de Buenos Aires con los del Interior y cerrar la brecha. Por eso desde agosto los combustibles treparon un 14% promedio en todo el país pero hasta un 19% en la Capital.
A la brevedad, la única diferencia que existirá, aseguran, es la relacionada a los costos logísticos de trasladarlos líquidos desde las refinerías de La Plata (Buenos Aires), Plaza Huincul (Neuquén) y Luján de Cuyo (Mendoza) hasta el resto de la Argentina.
Si la llegada de las Fiestas viene con un freno de mano a un factor que los economistas consideran inflacionario, la nafta súper terminaría 2020 con un aumento en la Capital Federal de $ 11 por litro y el gasoil, de $ 10.
El porcentaje treparía a 20% acumulado en el año, un dato que las petroleras utilizan para rebatir el argumento de que la suba de los combustibles contribuye a la inflación, que cerrará en 36% o 37%.
Las consultoras estiman que por cada punto que aumentan los combustibles la inflación suma un 0,05%. El impacto mayor es con el gasoil, utilizado en los camiones que transportan los alimentos de primera necesidad, con fuerte peso en el Índice de Precios al Consumidor(IPC) que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
De acuerdo a lo publicado dos semanas atrás en el Boletín Oficial y refrendado en la página web de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), el 15 de enero de 2021 habrá otro aumento de los impuestos a los combustibles, en esa ocasión para trasladarla inflación del tercer trimestre.
Entonces, en la segunda mitad del primer mes del año próximo hasta el 28 de febrero, los tributos internos sobre naftas y gasoil trepará $ 1,24 y $ 1,22 por litro, respectivamente, con un impacto porcentual que rondaría el 2%.