En el marco de los futuros aumentos programados de luz y gas, además del acceso a los subsidios a la energía para algunos sectores, existen otras medidas a las que se puede echar mano para morigerar el consumo energético.
El uso responsable de la energía, junto con la utilización de fuentes renovables y la implementación de medidas de aislamiento térmico en las viviendas, es clave para lograr un ahorro significativo en las facturas de luz y gas. Según expertos, estos cambios pueden reducir los gastos energéticos de un hogar hasta en un 70%.
La importancia de adoptar estas prácticas va más allá del ahorro individual, impactando a nivel nacional, ya que el 35% del consumo energético en Argentina proviene de usuarios residenciales. Durante dos décadas de tarifas subsidiadas, muchas estrategias de ahorro quedaron en el olvido. Sin embargo, con el actual panorama de menores subsidios, existen varias recomendaciones prácticas para enfrentar este nuevo esquema tarifario.
Uso Responsable de la energía
El uso responsable de la energía es el principio fundamental que influye en todas las demás recomendaciones. Con el incremento de las tarifas, hábitos como apagar luces en habitaciones vacías y cerrar ventanas al utilizar la calefacción se han vuelto más comunes.
Aislamiento
Las paredes representan el 30% de las pérdidas de energía en una vivienda. Los materiales más recomendados son el poliuretano (PUR) y el poliestireno expandido (EPS, conocido comercialmente como telgopor). El PUR es un excelente aislante acústico, pero su densidad lo hace menos adecuado para proyectos que requieren materiales más ligeros. Por otro lado, el EPS es más liviano y económico, aunque no ofrece aislamiento acústico.
Aberturas con doble vidriado
Las puertas y ventanas contribuyen al 20% de las pérdidas energéticas. El Doble Vidriado Hermético (DVH) utiliza paneles de dos hojas de vidrio selladas herméticamente con una cámara de aire deshidratado entre ellas. Este sistema no solo es un excelente aislante acústico, sino que también reduce la transmisión térmica, evitando el enfriamiento excesivo en invierno y el calentamiento en verano, lo que se traduce en un menor uso de estufas y aires acondicionados. Los burletes en las aberturas ayudan a minimizar las filtraciones de aire. También se pueden utilizar temporizadores para la iluminación y termostatos para equipos de climatización, recursos más comunes en el comercio y la industria, pero también útiles en hogares.
Energías renovables
La eficiencia energética no se limita solo al consumo, sino también a la generación. La energía solar, tanto fotovoltaica (generación de electricidad mediante paneles solares) como térmica (calefacción), se ha vuelto más accesible debido a la reducción significativa de costos en su producción a gran escala. En el futuro, esta accesibilidad podría extenderse también a la energía eólica. “Podrían instalarse aerogeneradores en las terrazas de los edificios, como ya ocurre en algunos países de Europa”, sugiere Juan Manuel Alfonsín, de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER).
Artefactos Eficientes
Los avances tecnológicos han facilitado el ahorro de energía mediante la incorporación de electrodomésticos y gasodomésticos más eficientes. El Etiquetado de Eficiencia Energética (EEE), que clasifica los artefactos desde la G (menor eficiencia) hasta la A+++ (mayor eficiencia), es una guía útil para los consumidores. Las mejoras logradas desde la creación del etiquetado a finales del siglo pasado han llevado a ampliar las opciones de eficiencia hasta la A+++.